La expresión 'están salados' les calza a quienes se dedican a la recolección, empaque y comercialización de la sal en el sur del país. La sal marina, que solo es producida en los departamentos de Valle y Choluteca, se ha convertido, junto a la producción de camarón y melón, en otro de los importantes rubros de la economía de la región.
Del alimento, que se utiliza para el consumo humano, la industria y alimento de animales, se producen cinco millones de quintales al año en la zona. El puerto de San Lorenzo, en el sur de Honduras, es uno de los principales nichos de talleres para la producción de la sal.
Pero de dónde viene la sal. Todo comienza con la recolección del agua de mar en las playas del golfo de Fonseca, la que luego es llevada a diques, donde se espera que se evapore por los rayos del sol y queden formados enormes bloques conocidos como salitres.
Al cristalizarse la sal, antes de que se evapore totalmente el agua, se procede a su recolección y yodización con ayuda de palas, rodillos y rastrillos, luego se lleva a los talleres de procesamiento, donde es empacada y pesada. La recolección se realiza de enero a mayo y el proceso de industrialización en la fábrica de mayo a diciembre.
La producción de melón es otro de los rubros en los que descansa la economía de Choluteca y Valle, gracias a las óptimas condiciones agro ecológicas. En la zona se producen 80 millones de melones en toda la temporada solamente en las fincas de la empresa Agrolíbano, y unos 40 millones más en las otras empresas. Estas frutas son exportadas a los mercados de Estados Unidos y Europa. Y la meta es llegar a además Singapur, Dubái y Japón. Un total de 74 productores manejan el rubro en los municipios de Choluteca, Apacilagua, Namasigüe, Nacaome, Santa Ana de Yusguare, El Corpus, Marcovia, El Triunfo y Orocuina. Las variedades de melón que se producen en el sur son blanco, Galia, amarillo, italiano y melones piel de sapo.
