La casa de subastas Weidler no aclaró los motivos del fracaso de la subasta, aunque los elevados valores pedidos y las dudas sobre autenticidad de las telas seguramente tuvieron influencia.
Sin embargo, la casa de subastas logró vender dos objetos que supuestamente pertenecieron a Hitler: un jarro de porcelana de Meissen, por 5.500 euros (6.200 dólares), y un mantel por el precio mínimo de 630 euros (unos 700 dólares).
Entre los objetos, una silla de mimbre con una esvástica en el respaldo, que tenía un precio inicial de 6.500 euros (7.300 dólares), no tuvo interesados.
Las cinco telas que se quedaron sin comprador -que tenían precios iniciales de entre 19.000 y 45.000 euros, entre 21.000 y 51.000 dólares- muestran bucólicos paisajes, pero la subasta fue rodeada de una encendida polémica.
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'Mal gusto
Ulrich May, el alcalde de Nuremberg, antiguo bastión del Reich y donde se realizó la subasta, denunció en el diario Süddeutsche Zeitung una iniciativa de 'mal gusto'.
El miércoles, el catálogo de la subasta incluía otros 26 cuadros. Estos tuvieron que ser retirados después de que la justicia alemana se los incautara, con 37 obras más firmadas 'A. H.' o 'A. Hitler', por dudas sobre su autenticidad.
Las pinturas y los objetos provenían de 23 propietarios diferentes, según la casa de subastas, que niega cualquier irregularidad y dice cooperar con la policía y la justicia.
'Estamos investigando en la fiscalía de Nuremberg sobre sospechas de falsificación y tentativa de fraude', señaló por su parte a la AFP la fiscal general Antje Gabriels-Gorsolke.
'Si se demuestra que son falsas, comprobaremos quién sabía algo en la cadena de posesión', agregó. Algunas obras van acompañadas de certificados de autenticidad pero también podrían ser falsos.
La casa Weidler aseguró que el hecho de que se estén investigando las 63 obras en manos de la policía 'no significa automáticamente que sean falsas'.
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Polémicas, dudas y subida de precios
Las subastas de obras artísticas de Hitler crean regularmente polémica en Alemania, un país que ha hecho de la penitencia por el nazismo una parte central de su identidad.
Las ventas buscan satisfacer la demanda de coleccionistas, a menudo extranjeros, que están dispuestos a desembolsar sumas importantes de dinero para poseer un artefacto del dictador o de otras figuras clave del régimen que exterminó a seis millones de judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
La casa Weidler ya ha vendido varios cuadros atribuidos a Hitler, incluidas un par de acuarelas por 32.000 euros (36.000 dólares) en 2009.
Pero también circulan numerosas obras falsas o dudosas. El 24 de enero, la policía incautó tres acuarelas atribuidas a Hitler que iban a ser subastadas en Berlín ese mismo día, debido también en este caso a dudas sobre su autenticidad.
Los expertos consideran que los cuadros de Hitler, que suspendió su examen de ingreso a la Academia de Bellas Artes de Viena, son difíciles de autentificar, tanto porque no hay un catálogo preciso como por su baja calidad. Y el estudio grafológico de la firma se considera una prueba insuficiente.
Sin embargo, 'hay una larga tradición para este comercio de devoción hacia el nazismo', explica AFP Stephan Klingen, del Instituto Central de Historia del Arte de Múnich.
'Cada vez [...] hay ruido mediático [...] y los precios que logran suben continuamente', cuenta. 'Es lo que me molesta', añadió Klingen.