A ese lugar alejado de las cámaras de televisión, comenzaron a llegar muchos curiosos y reporteros de distintos medios de comunicación para ver que sucedía con el cadáver del cachalote.
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Desde el Departamento de Transporte de Oregon comenzaron a evaluar como podían remover el cuerpo del gigantesco mamífero, pues poder deshacerse del cadáver era todo un reto.
En primer lugar pensaron en sepultarla, pero debido a su peso de 8 toneladas resultaba imposible remover el cadáver y además estaba varada a la orilla de la playa, por lo que las marejadas la terminarían desenterrando.
Días después encontraron la solución: detonar el cuerpo de la ballena con dinamita. Según los que propusieron esta idea los pequeños restos del mamífero servirían de alimento para las gaviotas y aves de rapiña que sobrevuelan la playa.
Fue el 13 de noviembre de 1970 que decenas de personas sin importar el olor nauseabundo se hicieron presentes en el lugar para ver lo que para ellos era un “espectáculo”, al ver volar el cuerpo de la ballena por los aires.
Pocas horas antes de la explosión, las autoridades le pidieron a un grupo de personas que se alejara a unos 400 metros del cuerpo, ya que no solamente podían ser afectados por la explosión, sino también por los pedazos de carne que saldrían volando por los aires.
Pese a que los expertos aseguraban que la mayoría de restos de la ballena se irían al mar sucedió todo lo contrario… al momento de la explosión los restos de la ballena comenzaron a llover incluso a más de los 400 metros que las autoridades habían recomendado.
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Ante esto las personas presentes comenzaron a huir desesperadamente temiendo sufrir una herida de gravedad, pues por los aires de Florence salieron volando enormes pedazos de la ballena, incluso uno de ellos destrozo un automóvil que estaba aparcado.
Habló uno de los protagonistas
Paul Linnman, uno de los reporteros que cubrió el hecho, habló con ABC a cerca de lo sucedido hace 50 años, señalando que la decisión vino del Departamento de Transporte de Oregon y George Thorton, quien según Linnman, había consultado a la marina estadounidense, la cual había hecho cosas similares en el pasado.Linnman reveló que la esperanza de los encargados de la explosión era que la ballena se desintegrara y cayera al mar, por lo que se utilizaron 20 cajas de dinamita.
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Luego de todo el caos producido tras la explosión, las personas que estaban en el lugar notaron que solo una parte del cuerpo logró ser estallada, por lo que la otra parte tuvieron que enterrarla.
