Tegucigalpa, Honduras.- La psicología humana es un universo complejo y multifactorial, en constante evolución. La genética heredada, la cultura, el nivel educativo, la crianza, la nacionalidad y hasta la tecnología actual moldean los comportamientos, reacciones y acciones de cada uno de nosotros. En esta amplia gama de características humanas se encuentra el narcisismo.
El narcisismo suele malinterpretarse como simple arrogancia o auto-obsesión, pero en realidad es un patrón de personalidad profundamente arraigado que afecta la manera en que una persona se percibe a sí misma y a los demás.
Detrás del narcisismo adulto pueden esconderse carencias enormes en la autoestima y falta de cariño y atención recibidos en la niñez.
El renombrado psicoanalista Heinz Kohut, pionero en el estudio del narcisismo, lo describió como una falla en el desarrollo. Argumentó que las personas narcisistas, a menudo, no recibieron la validación emocional adecuada en su infancia, lo que las llevó a construir una imagen exagerada de sí mismas como una forma de compensación.
Esto significa que, lejos de ser realmente seguras de sí mismas, dependen constantemente de la aprobación externa para reforzar su autoestima. Cualquier cuestionamiento a su supuesta superioridad puede desencadenar reacciones defensivas, manipuladoras o incluso agresivas.
En este mismo orden de pensamiento analítico de la naturaleza humana, el afamado psicólogo Dr. Otto Kernberg destacó que los narcisistas tienden a ver el mundo en términos extremos: las personas son aliadas dignas de admiración o adversarios sin valor.
Este pensamiento dicotómico dificulta la construcción de relaciones significativas, ya que un narcisista tiene problemas para aceptar imperfecciones, tanto en sí mismo como en los demás.
Su incapacidad para manejar la vulnerabilidad a menudo los lleva a ejercer control o comportarse de manera explotadora con quienes los rodean, en un intento de mantener su sensación de dominio.
Si debe tratar con una persona narcisista, la clave está en establecer límites. Es fundamental reconocer sus desencadenantes emocionales y evitar ser arrastrado a su necesidad de control.
En lugar de involucrarse en luchas de poder, mantenga una actitud calmada y neutral. No tome su comportamiento como algo personal, pues sus acciones surgen más de sus propias inseguridades que de cualquier cosa que usted haya hecho.
En algunos casos, puede ser necesario recurrir a la intervención de un profesional, como un terapeuta, tanto para el narcisista como para quienes se ven afectados por su comportamiento.
Plan de acción
Ahora bien, ¿qué hacer si usted mismo reconoce ciertos rasgos narcisistas en su personalidad? El primer paso es la autoconciencia. En lugar de temer la vulnerabilidad, practique la introspección y reflexione sobre en qué aspectos depende en exceso de la validación externa.
Aprender a aceptar la crítica sin sentirse atacado es esencial. La terapia puede ser una herramienta invaluable para desarrollar relaciones más sanas, tanto con usted mismo como con los demás.También es crucial cultivar la empatía.
La mentalidad narcisista suele priorizar el éxito personal y la admiración por encima de las conexiones genuinas, pero la verdadera autoestima no proviene del reconocimiento externo, sino de la autenticidad.
Practicar la escucha activa, considerar las perspectivas ajenas y expresar gratitud son formas efectivas de transformar una mentalidad narcisista en una visión más equilibrada de sí mismo y de los demás.
Comprender la psicología del narcisismo nos permite abordarlo con claridad y compasión, en lugar de con frustración o resentimiento. Reconocer y afrontar los rasgos narcisistas, ya sea en usted mismo o en otras personas, no se trata de buscar culpables, sino de fomentar el crecimiento personal.
Al desarrollar autoconciencia, establecer límites y nutrir conexiones genuinas, podemos crear un mundo en el que la autoestima se base en la autenticidad y no en la ilusión.
En última instancia, el narcisismo es un espectro, y no todas las personas con rasgos narcisistas padecen un trastorno de la personalidad. Todos nosotros, en mayor o menor medida, tenemos rasgos narcisistas.
Con esfuerzo consciente, apoyo emocional y, en algunos casos, orientación profesional, tanto los narcisistas como quienes los rodean pueden construir relaciones más saludables y satisfactorias.
Opinión del experto...
La psicoterapia es una herramienta eficaz para mejorar la manera en que nos relacionamos con los demás, permitiendo construir vínculos más estrechos, agradables y gratificantes.
Además, ayuda a comprender el origen de nuestras emociones y los factores que nos impulsan a competir, desconfiar o incluso menospreciar a los demás y a nosotros mismos, según el psicólogo clínico de Clínicas y Hospital Viera, Emerzon Castillo.
