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Sea dueño de sus propias emociones: ¿Cómo cultivar la inteligencia emocional?

La inteligencia emocional se ha convertido en un tema recurrente en diversas áreas, desde la psicología hasta los negocios. Pero ¿está usted familiarizado con su verdadero significado y cómo aplicarla en su día a día?
11.04.2023

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Todos anhelamos una trayectoria profesional de éxito, lo cual sin duda alguna exige un sacrificio constante, una entrega diaria y una formación tanto secular como académica apropiada.

No obstante, existe un aspecto que no solo impregna el ambiente laboral y contribuye al progreso y la realización empresarial, sino que también se vuelve esencial para el triunfo en cualquier ámbito de nuestra existencia: la inteligencia emocional.

Es innegable que en algún momento todos hemos experimentado la sensación de estar al borde de perder el control y la paciencia, ya sea porque se acerca el plazo para entregar un informe o porque debemos tratar con un compañero o colaborador que presenta una actitud tóxica.

En este sentido, el coeficiente emocional juega un papel preponderante para evitar conflictos y la fatiga laboral.

De hecho, en el ámbito comercial, la inteligencia emocional resulta una clave fundamental que marca la sutil diferencia entre los grandes expertos en mercadotecnia, capaces de percibir de manera aguda las necesidades del público, y los mediocres que carecen de la sutileza necesaria para comprender las realidades comerciales y las tendencias emergentes.

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Dado su importancia, conviene destacar a continuación algunos aspectos clave de la inteligencia emocional y cómo se puede maximizar su potencial.

Autoestima y entendimiento propios robustos

Como pilar de la inteligencia emocional, usted jamás podrá valorar a los demás ni entender lo que piensan, sienten y necesitan si no empieza por usted mismo.

Cuando usted se valora a sí mismo y reconoce sus propias virtudes, limitaciones y defectos, será menos afectado por opiniones negativas de compañeros de trabajo nocivos y tendrá muy claro hasta dónde puede llegar usted y hasta dónde permitir que otros lleguen.

Reconocer sus limitaciones le hace una persona equilibrada, accesible, con claridad mental de superación y mejor colaborador o jefe. Las personas gravitan en torno a quienes tienen autoestima robusta. Y si usted dirige su empresa, está de más aseverar que uno de sus activos más fuertes es reconocer bien los puntos fuertes y débiles de sus productos y servicios y su capacidad de corrección y crecimiento.

La falta de inteligencia emocional es el principal factor de impases en las relaciones interpersonales en el área de trabajo y se cobra un alto costo anual en pérdidas e improductividad.

La autoestima y el entendimiento propio se desarrollan mediante desechar el ego personal y la necesidad de validación externa y adoptando una visión realista y positiva de uno mismo o su empresa.

Desarrolle su autocontrol

Un pequeño copo de nieve, sin control, puede generar una estrepitosa avalancha ladera abajo. Controle sus impulsos y prepare de antemano protocolos de respuesta ante las situaciones incómodas. Si usted sabe que las actitudes de algún colaborador le pueden sacar de sus casillas, esté preparado y evite colocarse en una situación vulnerable.

Tenga una respuesta asertiva para todo, sin ser pasivo ni agresivo. Desarrolle control de usted mismo sin esperar controlar a todo el mundo, lo cual no sería su jurisdicción. Y si en su empresa usted tiene personal bajo su mando, sepa delimitar bien cada función comunicando con claridad cómo, cuándo y qué espera de cada uno, dejándoles un parámetro de acción que les permita desarrollar su iniciativa y creatividad.

Así usted se mostrará bajo perfecto control personal y empresarial y se ganará el respeto de los demás.

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Fortalezca su empatía

Esto es, figurativamente, ponerse en los zapatos de la otra persona, sea esta un compañero de trabajo para poderle entender o quizás un cliente para discernir lo que precisamente necesita y cómo suplirle. Puede potenciar su empatía mediante ser ponderado al hablar, pausando antes para analizar el efecto que sus palabras, respuestas o reacciones tendrán en los demás, imaginándose usted mismo en la posición de ellos.

Eso le abrirá, sin duda, toda una nueva dimensión de entendimiento y le hará mejor compañero de trabajo y un mejor administrador, vendedor o gerente.Potencie sus habilidades socialesAunque una persona con alto coeficiente emocional podría ser un perfecto manipulador si pierde el equilibrio, la capacidad de navegar socialmente con éxito es parte de la huella digital psicológica de una persona inteligente emocionalmente.

Puede potenciar su auto confianza social mediante vestir apropiadamente y mantener un pulcro arreglo personal. También aprenda a comunicarse con perfecta prosodia y ortografía, habilidades que son una magnífica carta de presentación social. Cuando interactúe con clientes o compañeros laborales, esté atento a lo que dicen y no les interrumpa innecesariamente; demuestre sincero interés en sus comentarios.

Aprenda otro idioma de ser posible, pues eso le abrirá social y comercialmente puertas antes desconocidas y su cerebro se enriquecerá con nuevas sinapsis que le harán afinar mejor su perspicacia sobre cómo piensan los demás, inclusive otras culturas.

Analice su motivación

Una persona inteligente sabe de dónde viene, dónde está y a dónde se dirige. Medite a diario en las razones que tiene para estar agradecido y en la medida de lo posible, aleje de su mente pensamientos negativos o derrotistas. Siempre hay alguien que está mejor que usted y siempre alguien que está peor que usted. Defina sus metas en la vida y empresa y hágalas su motivación para cada día bregar contra un mundo que aunque obviamente no gira en torno a usted, puede ser totalmente tolerable.

Jamás pierda de vista que usted puede desarrollar en todo aspecto de su vida la inteligencia emocional al fortalecer su empatía, tacto y afinar su percepción realista. Su vida será menos polémica, potenciará el éxito de sus emprendimientos comerciales y le hará a otros más fácil el estar con usted.

En su libro Emotional Intelligence,
el psicólogo y escritor Daniel Goleman detalló que los emprendedores exitosos no sólo poseen un alto coeficiente intelectual (IQ), sino también un alto coeficiente emocional (EQ), siendo cinco sus componentes principales: motivación, empatía, habilidades sociales, autocontrol y autoestima.