Tegucigalpa, Honduras.- Si Steve Jobs, el visionario estadounidense cofundador de Apple, tuvo razón cuando dijo que “el único modo de hacer un gran trabajo es amar lo que haces”, aquellos que se levantan cada mañana únicamente para cumplir con una obligación enfrentan un reto mayor que estaría siendo subestimado.
Factores como la sobrecarga de tareas o funciones, la falta de reconocimiento, un clima laboral deteriorado, problemas de liderazgo o, incluso, la falta de control o autonomía sobre las propias responsabilidades socavan al colaborador en un desgaste o agotamiento laboral que no merma con el paso de los días, sino todo lo contrario.
Esta dura pero habitual realidad tiende a ser ignorada por aquellos que no están ni interesados ni dispuestos a ofrecer alternativas que permitan mejorar el sentimiento de sus subordinados.
Sin embargo, las repercusiones en la salud física y mental de quienes viven para trabajar en lugar de trabajar para vivir no son menores y se acentúan en la perpetuidad de la rutina.
El desgaste laboral tiene un impacto significativo en el rendimiento de los empleados, afectando tanto su productividad como su bienestar general.
El agotamiento físico y emocional también se manifiesta, reduciendo la capacidad de concentración y limitando la eficiencia en la ejecución de tareas. Esto lleva a errores frecuentes, una menor calidad en el trabajo y plazos incumplidos en la entrega de objetivos.
En esencia, si modificar las circunstancias externas es algo que escapa de su poder, redirigir el propósito de cada día y acomodar los factores a su favor es la única opción antes de ceder frente al conformismo o apuntar hacia un despido justificado o una renuncia inminente.
Métodos para favorecer su deseo de trabajar
Comunicar la situación a la empresa debe ser el primer paso, siempre buscando las palabras apropiadas y el momento oportuno. Acuda a su jefe inmediato, un supervisor o un representante de talento humano y exprese su sentir, mostrando disposición de colaborar por un escenario más provechoso tanto para usted como para la organización.
Establecer límites y mejorar la gestión del tiempo son metas realistas. Acuerde horarios claros y justos, gestione responsabilidades y organícese en virtud de su propio bienestar. Muchas veces, la solución está en una planificación y ejecución oportuna de sus retos.
Buscar oportunidades de desarrollo o cambios de rol también debe ser una iniciativa a cuenta individual. Muestre su interés y su capacidad para salir de la zona de confort en la que reposa y rétese en áreas que sean compatibles con su perfil y sus habilidades.
Solicitar apoyo profesional cuando no se tiene claridad sobre el panorama o las opciones también pueden funcionar. Muchas veces el problema no es realmente el que parece y las respuestas son más accesibles de lo que percibimos. Una segunda o tercera mirada sobre la situación podría ser un incidente.
Finalmente, si la situación laboral ya es insostenible y el costo en su bienestar personal le sobrepasa, apuntar a nuevos horizontes será lo más oportuno. Priorice una salida en los mejores términos y reconozca lo aprendido y ganado hasta ese momento.