TEGUCIGALPA. HONDURAS.- Si bien la formación de líderes competentes y actualizados es punto prioritario en un contexto empresarial, también lo es el reconocimiento del recurso humano dentro del ecosistema laboral. El entrevistado apunta a que “posiblemente la mayor deficiencia está en aprender a trabajar bien con los demás”.
Se dice que el capital humano es el recurso más valioso de toda empresa. ¿Es esto siempre aplicable a la práctica?
Definitivamente es un enunciado verdadero, porque el capital humano es el que utiliza, maneja y libera a los otros capitales. También pienso que el liderazgo es el más importante de todos los capitales humanos, porque permite que todo lo demás funcione mejor.
¿Cuál es el tipo de empleado al que las empresas deben apostarle?
A los empleados que tienen tanto carácter como competencia, porque ambas características los hacen personas creíbles y dignas de confianza. Y si además son buenos para trabajar con otros, entonces pueden ser capaces de extender esa confianza hacia el equipo. Dentro de un equipo de alta confianza se pueden lograr excelentes resultados, grandes innovaciones.
¿Qué clase de competencias hay que potenciar?
Yo diría que hay dos tipos de competencias: técnicas y humanas. Digamos que las primeras son más fáciles de trabajar, pero las segundas pueden ser mucho más difíciles, porque se trata de conectar con las personas. Aprender a trabajar bien con los demás, colaborar, desarrollar confianza, dirigir equipos, son competencias tan importantes como subestimadas. Muchas organizaciones le ponen el mayor peso a la competencia técnica, pero a menudo no lo hacen con el lado humano y de liderazgo, y ambas áreas son importantes. Posiblemente la mayor deficiencia está en el liderazgo y en aprender a trabajar bien con los demás.
¿Dentro de qué límites podemos establecer una verdadera confianza?
Pienso que necesitamos utilizar el buen juicio cuando extendemos nuestra confianza a las demás personas, de manera que acomodemos la situación para que todos ganen. Por ejemplo, no sería inteligente confiar en un empleado nuevo para que asumiera una responsabilidad que requiera de una experiencia muy amplia a nivel técnico. Hay que evaluar la situación, el riesgo que implica y la credibilidad de la persona que está participando. Sí, hay límites, sin embargo, pienso que el riesgo mayor es no confiar.
¿Es posible compensar la falta de incentivos económicos al empleado?
Pienso que es posible, pero sé que es más difícil cuando la economía está mal o a la compañía no le está yendo bien. Pero cómo hacemos lo que hacemos puede lograr una gran diferencia respecto a que las personas se sientan o no inspiradas. Conozco a una compañía que pasó por un tiempo difícil y tuvo que recortar a algunas personas, pero las trataron con tanto respeto que las ayudaron con esa transición; las escucharon, les explicaron lo que había sucedido, de manera que quienes se quedaron se sentían muy orgullosas.
¿Qué tan incidente es la cultura laboral en el perfil de sus colaboradores?
Es muy influyente, para bien y para mal. Por ejemplo, si la cultura es de transparencia, donde las personas hablan abiertamente y se hacen responsables, esta sería una buena cultura que nos podría favorecer. Pero hablaríamos de lo contrario si todos están operando con una agenda escondida, dando vueltas y torciendo las cosas, o empiezan a culpar a otros en lugar de hacerse responsables. En ocasiones es fácil caer en lo que están haciendo todos los demás, pero no es la meta. Sin embargo, cada uno es responsable de sí mismo y opta por lo que debe hacer. No podemos solo culpar a la empresa y decir “su cultura me hizo hacerlo”.
Finalmente, ¿cuándo es momento de buscar nuevas oportunidades?
Pienso que tratamos de traslapar quiénes somos nosotros, nuestras fortalezas y propósitos, con el perfil de la compañía con la que estamos. Ningún trabajo es perfecto, pero si hay un buen traslape entre mi perfil y lo que la compañía necesita que yo haga, se conforma un lugar agradable donde estar. Ahora bien, si hay muy poca coincidencia de este tipo, y como empleado no me siento ni escuchado ni valorado, quizá sea momento de buscar otras opciones.