TEGUCIGALPA, HONDUAS.- Solía ser un mercado reservado para los entusiastas del mundo motor y especialistas en altas prestaciones. Sin embargo, cada día más propietarios de automóviles se suman a esta tendencia al alza: cambiar los rims originales de su vehículo por “rines de lujo”.
Si bien los rims (conocidos como “rines”) más grandes captan la atención y se presentan como un enunciado estético atractivo, ¿son realmente una buena idea? Analicemos a fondo los factores técnicos y económicos, y cotejemos los pros y los contras de esta tendencia para encontrar el equilibrio ideal y tomar la mejor decisión.
Diámetro
Al incrementar el tamaño de sus rims debe reducir el perfil de sus llantas para mantener el equilibrio del diámetro total. De lo contrario, los sistemas del cuentakilómetros (velocímetro), ABS, ESP o DSC de vehículos modernos reportarán lecturas inexactas, poniendo en peligro su seguridad.
Además, puede provocar el roce de la llanta o rim mismo con componentes de la carrocería, suspensión, dirección o frenos, provocando daños cuantiosos.
En todo caso, debe utilizar espaciadores para poder encajar mayores rims, y esto reduce el coeficiente aerodinámico original de su coche. En adición, recuerde que las llantas de bajo perfil suelen ser más caras y muy endebles para carreteras y calles de pobre mantenimiento, como las nuestras.
Peso
Si usted sustituye rims de acero por rims de aleación de aluminio más livianos, tendrá una positiva ventaja, siempre y cuando el incremento de tamaño no sea sustancial. A menor peso, menor consumo de combustible.
Pero es invariable que si aumenta el tamaño de sus rims de forma considerable y desproporcionada en pro de la estética, el peso total seguramente será mayor y no menor, aun si son rims de aleación.
Esto lamentablemente incidirá en menor economía de combustible y pérdida de potencia al forzar el motor a rodar los innecesarios rims más pesados. Su vehículo será más lento y menos frugal.
Anchura
Un rodaje más ancho podría creerse más deportivo y en definitiva es visualmente más impresionante. No obstante, tenga en cuenta que al aumentar la anchura de sus rims debe consecuentemente incrementar el ancho de sus llantas y a mayor superficie de contacto con el asfalto, menor agarre, pues el peso se distribuye exponencialmente de forma menos concentrada, lo que resulta en menor efectividad de frenado y tracción.
De hecho, en días lluviosos las llantas demasiado anchas que no fueron aprobadas por el fabricante suelen caer presas del temido hidroplanning, es decir, perder totalmente el agarre al flotar sobre superficies mojadas, especialmente en curvas rápidas.
Como norma general, los “rines de lujo” más grandes y las llantas de bajo perfil aseguran acaparar las miradas y elevan la estética de su vehículo. Además, proporcionan una sensación de manejo psicológicamente más deportiva y una retroalimentación de la calzada más directa.
Sin embargo, es importante recordar que los ingenieros que diseñaron su automóvil invirtieron muchas horas en encontrar el equilibrio idóneo entre economía, rendimiento, apariencia y durabilidad.
Puntos a considerar
-Mantenga el diámetro total original del combo rim/llanta, aumentando en 1 o 2 como máximo el diámetro de los rims y reduciendo proporcionalmente el perfil de las llantas.
-Con base en sus gustos y economía, adquiera el tipo de rim más liviano y a la vez más fuerte posible.
-Refuerce previamente los sistemas de suspensión, frenos y dirección.
-Recuerde que su vehículo experimentará reducción de economía, potencia y agarre.