Aquí te dejamos los síntomas más comunes que detonan en los fallo de la combustión, errores en la operación de ajuste, uso de herramientas inadecuadas, y en casos más extremos daños en el motor.
Como punto inicial, debes saber que las bujías son un elemento fundamental para analizar el rendimiento de tu auto, ya que esta pieza es la encargada de hacer saltar la chispa para que se origine la explosión de la gasolina en el interior de los cilindros, y por obvias razones es un elemento que conviene revisar con frecuencia y ya que nos hablará del estado del motor.
Lo primero es cerciorarnos que nuestro vehículo está en óptimo estado con las bujías adecuadas, es decir, que tienen el grado térmico recomendado por el fabricante. Una bujía con un grado térmico muy caliente puede llegar a producir autoencendido. Es decir, que el motor se apaga cuando se saca la llave y continúa durante unos segundos más.
Si las puntas de las bujías están carbonizadas y se presentan totalmente cubiertas de residuos de carbón de color negro, esto significa normalmente que ha pasado demasiado combustible en la cámara de combustión o una mala regulación en el carburador o inyectores que están en mal estado.
Los depósitos de carbón en la bujía se reflejan en la conducción y dificultad en el arranque, así como los fallos de encendido y rendimiento deficiente en marchas lentas. En estos casos, la punta de encendido se presenta totalmente de color negro ¿a qué se debe? Usualmente este problema puede deberse a causas múltiples: circulación a baja velocidad durante largos periodos, mezcla aire/combustible demasiado rica, el sistema de encendido está defectuoso o el distribuidor está atrasado.
Desprendimiento del aislador, de la parte cerámica de la bujía, eso significa que al momento de ajustarlo o desajustarlo se ha utilizado un torque o sea demasiada fuerza.
Muchas veces también utilizamos demasiados aditivos en el combustible para elevar su octanaje e incrementar su rendimiento. Sin embargo, cuando no usamos el aditivo correcto o excedemos en cantidades, los restos del mismo se pueden acumular en la punta de las bujías impidiendo su correcto funcionamiento.
Casos extremos se producen cuando nuestro vehículo emana humo 'azul', esto quiere decir que el motor tiene un desgaste mecánico demasiado elevado, y está subiendo aceite a la cámara de combustión, esto se ve reflejado en la bujía a través de una masa pastosa y humedad que impide el paso de la corriente.