TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La convivencia con un gato es un viaje lleno de aventuras y descubrimientos; y su educación, una travesía con desafíos. Esto porque son seres tan independientes que pueden retar incluso al dueño más experimentado.
A continuación, delineamos una serie de recomendaciones esenciales para educar a su minino, procurando un equilibrio entre amor y rigor.
Antes de iniciar cualquier método de educación, es preciso entender la psicología felina. Los gatos son animales cazadores, solitarios y territoriales por naturaleza.
Este trasfondo biológico se traduce en comportamientos de individualismo y reticencia a la obediencia directa, aunque si pueden responden a estrategias que respeten este espacio y autonomía.
En materia, una de las estrategias más eficaces en la educación de gatos es el uso del refuerzo positivo que consiste en recompensar comportamientos deseados con premios o caricias.
Cuando su gato utilice el arenero correctamente, por ejemplo, una recompensa inmediata ayudará a reforzar esa conducta. Es crucial que la retribución sea inmediata y consistente, de modo que el gato pueda asociar la acción con el premio.
Por otra parte, es fundamental proveer un entorno que estimule mental y físicamente a su minino para evitar comportamientos indeseados.
Los juguetes variados, rascadores y espacios para trepar satisfarán sus instintos naturales, prevendrá el aburrimiento y consecuentemente evitará las conductas destructivas.
Este proceso de entrenamiento no es instantáneo por lo que la paciencia será clave.
Errores que debe evitar
Cada felino es un individuo con su propio ritmo de aprendizaje que, así como los niños, necesita de reglas claras y consistentes para evitar confusiones. Si un día le permite subirse a la mesa y al siguiente lo regaña por hacerlo, el gato no entenderá lo que se espera de él. A continuación cuatro actos que debe evitar con su gato.
Castigos físicos: castigar físicamente a un gato es contraproducente. Ellos no interpretan el castigo de la misma forma que los humanos, y tal acción solo genera miedo y desconfianza.
Ignorar señales: los felinos son sensibles al estrés. Esté atento a señales como esconderse, cambios en sus hábitos alimenticios o agresividad para tratar de mitigar las causas del estrés.
Forzar el contacto: aunque muchos gatos disfrutan del contacto humano, forzarlo es perjudicial ya que puede generar aversión y recelo. Opte por respetar los límites de su mascota.
entorno sin estímulos: si su minino se aburre es más propenso a tener problemas de comportamiento. Los juegos de caza y los rascadores son esenciales para mantenerlo activo y satisfecho.