TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Diciembre se caracteriza, entre tanto más, por los excesos alimenticios de las fiestas navideñas que, pese a no ser necesariamente las más saludables, con el tiempo se han vuelto las favoritas de muchos.
Prepararse con anticipación para las cenas y los recalentados de Navidad y Año Nuevo es posible. Porque aunque la moderación es la norma, hay otras formas de blindar a su organismo. Tome nota de estas sugerencias.
Las comidas copiosas y saladas sobrecargan al riñón en las fiestas navideñas. Por ello, conviene empezar a protegerlo unas dos semanas antes, disminuyendo el sodio de la dieta. Además de limitar la sal de mesa, deben aislarse los alimentos congelados, los quesos y los precocinados.
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Otros órganos que tendrán que trabajar el doble son el hígado y la vesícula biliar, encargados de absorber y metabolizar las grasas saturadas que se ingieren en gran cantidad en esta época. A las grasas saturadas se suma el alcohol, gran protagonista en fin de año y que también es metabolizado por el hígado. Para combatir los excesos, se vuelve necesario eliminar la grasa visible de los productos de origen animal y las mantequillas. La bollería, elaborada con grasas saturadas, forma parte de la lista de alimentos casi prohibidos.
Ahora bien, la sangre es el principal transportador de nutrientes y tóxicos del cuerpo humano. En fiestas, el ácido úrico causado por carnes de caza, pescado azul y mariscos es muy alto. Si no se controla, la probabilidad de sufrir hiperuricemia o gota es elevada. Así, lo ideal es reducir la ingesta de estos alimentos para mantenerlo bajo control, así como asegurarse una hidratación de dos litros de agua diarios para ayudar a su eliminación.
Otro gran amigo de las navidades es el colesterol, presente en todos los productos animales que suelen llenar las mesas. Puesto que los fitoesteroles ayudan a reducir la concentración de colesterol en sangre, es recomendable consumir alimentos como la soja, el maíz, o la cerveza sin alcohol, para obtenerlos de forma natural.
Finalmente, es normal tener antojos durante la temporada navideña, pero evitar algunos y limitar otros es clave para no sufrir las consecuencias.
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