TEGUCIGALPA, HONDURAS.- En el marco familiar, el Día de la Madre se convierte en un escenario de alegría y celebración. Sin embargo, para aquellos que han perdido a su figura materna, este día adquiere una tonalidad sombría, una ausencia palpable que, sin duda, pesa en el corazón de los hijos, sobre todo en los más pequeños.
En ese sentido, junto a la máster en psicología Anjannette Gavarrete intentaremos desentrañar el equilibrio entre la compasión y sabiduría necesaria para abordar este día con un niño que recién ha perdido a su madre.
Principalmente, es necesario reconocer y validar las emociones del infante. “Pueden experimentar una gran variedad de emociones como ira, confusión, ansiedad y culpa”, pero lo importante es que ellos sepan que usted está disponible para apoyarlos y escuchar sus preocupaciones sin miedo a ser juzgados.
Considere que son niños y aunque el impacto emocional es variable, no deja de ser fuerte. Es probable que no quieran asistir a las celebraciones mientras sus heridas sanan con el tiempo.
De hecho, Gavarrete hace hincapié en estar pendiente del menor los días antes, durante y después de esta fecha para observar la presencia de cambios en el comportamiento, tomando en cuenta que en estos casos los niños adquieren prioridad, por tanto debe ser flexible y adaptarse a las expectativas sobre este día de ahora en adelante.
El camino del duelo es un viaje arduo y sinuoso, pero también es una oportunidad para cultivar la resiliencia. Aunque físicamente esté ausente, el legado de una madre perdura en los recuerdos, las enseñanzas y los valores que dejó atrás
Honre la pérdida con estos actos
En medio del duelo, es fundamental permitir que el niño exprese sus emociones de manera auténtica y sin juicio. Brindar un espacio seguro para la ira, el llanto y silencios es crucial.
Recuerdos: Ver fotos y hablar sobre experiencias puede ayudar a sentirla más cerca en ese día especial.
Cartas: Pueden iniciar la tradición en familia de escribir cartas para mamá y así expresar todas sus emociones.
Comida: Preparen el platillo favorito de mamá y recuerden sus anécdotas familiares todos juntos en la mesa.
Actividades que reconforten
La experta opina que aunque todo puede variar de niño a niño dependiendo su edad, madurez y el tiempo de duelo, “cada uno puede tener diferentes actividades que sean reconfortantes. Mientras algunos quieran visitar la tumba de su mamá y llevarle flores, otros quizá solo deseen platicar sobre ella y los demás seguramente optarán por recordarla en sus pensamientos”.
La experta
Máster en psicología: Anjannette Gavarrete
Sitio web: clinicalamerced.hn
Cel. 3172-9118