TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Porque así como es importante resguardar a sus mascotas de los riesgos ante un calor agresivo, también se vuelve necesario escudarlas de los posibles efectos negativos de la lluvia para su salud.
Aunque perros y gatos cuentan con una capa de pelaje que los protege, y se adaptan con facilidad a la temperatura en la cual viven, los cambios bruscos y repentinos de clima pueden predisponerlos a enfermedades respiratorias, por lo que se debe prestar atención a ciertos síntomas.
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Al igual que sucede con los seres humanos, las mascotas pueden presentar resfriados o gripes.
Los agentes causantes son virus como el de la parainfluenza o el adenovirus tipo 2 (también conocido como tos de las perreras), en el caso de los perros, y el herpesvirus y calicivirus, en referencia a los gatos.
Las mascotas afectadas manifestarán estornudos, congestión, secreciones nasales y oculares, tos, decaimiento, pérdida de apetito y fiebre, que de no atenderse a tiempo podrían complicarse y requerir un tratamiento invasivo.
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Acudir al médico veterinario es importante. Asimismo, la lluvia y la humedad pueden propiciar la aparición de bacterias y hongos en la piel de los animales, generando alergia, picazón, inquietud, rascado o lamido constante, calor en la zona afectada, aparición de secreciones o descamación y zonas desprovistas de pelo.
Por otra parte, perros y gatos nerviosos pueden temerles a los rayos y truenos, y esto puede hacer que no quieran salir a dar un paseo. En estos casos, los animales estarán intranquilos, temblorosos y temerosos, y buscarán refugiarse en lugares apartados y oscuros para sentirse serenos.
Acudir al médico veterinario es importante. Asimismo, la lluvia y la humedad pueden propiciar la aparición de bacterias y hongos en la piel de los animales, generando alergia, picazón, inquietud, rascado o lamido constante, calor en la zona afectada, aparición de secreciones o descamación y zonas desprovistas de pelo.
Por otra parte, perros y gatos nerviosos pueden temerles a los rayos y truenos, y esto puede hacer que no quieran salir a dar un paseo. En estos casos, los animales estarán intranquilos, temblorosos y temerosos, y buscarán refugiarse en lugares apartados y oscuros para sentirse serenos.
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