Tegucigalpa, Honduras.- El interés de su hijo por tener una mascota en casa puede significar más que un simple capricho.
La relación con un animal de compañía no solo les brinda a los niños momentos de alegría, sino que también influye a bien en su desarrollo emocional, social y cognitivo.
Uno de los principales beneficios de tener una mascota en casa es el impacto positivo en la inteligencia emocional del niño. La convivencia con un animal les enseña a expresar amor, empatía y compasión.
Aquellos que crecen con mascotas suelen cultivar un mayor sentido de responsabilidad y sensibilidad hacia los seres vivos, lo que fortalece su capacidad de relacionarse con los demás.
Por su parte, cuidar de una mascota implica asumir responsabilidades como alimentarla, sacarla a pasear o asearla. Estas tareas ayudan a los niños a comprender la importancia del compromiso y la constancia, fomentando buenos hábitos que pueden trasladar a otros aspectos de su vida, como los estudios o la convivencia familiar.
En cuanto al contacto con los animales se ha dicho que tiene efectos terapéuticos. Numerosos estudios han evidenciado que acariciar o jugar con un perro o gato libera endorfinas y reduce los niveles de estrés.
Para los niños que atraviesan momentos difíciles, como la pérdida de un ser querido o problemas escolares, la presencia de una mascota puede brindarles consuelo y estabilidad emocional.
Finalmente, los animales también pueden contribuir al desarrollo cognitivo y físico de los niños. Interactuar con una mascota estimula la curiosidad y el aprendizaje, ya que los niños tienden a hacer preguntas sobre su comportamiento, alimentación y cuidados.

Un refuerzo a la socialización
Uno de los beneficios más destacados de tener un animalito en casa es el hecho de que mejora la socialización en los más chicos. Es decir, los niños con mascotas suelen ser más sociables y comunicativos.
Paseos. Pasear a un perro, por ejemplo, facilita la interacción con otras personas y niños en el parque, promoviendo la socialización y la confianza en sí mismos mientras aprovechan a hacer algo de ejercicio físico.
Conversaciones. Los niños tienden a hablar con sus animales y compartir experiencias con ellos. Este hábito contribuye a que se sientan más cómodos al expresar sus emociones y pensamientos con otras personas.
Enlaces. Las mascotas también pueden servir como apoyo en situaciones sociales complicadas. Para los niños tímidos o con dificultades para relacionarse, un animalito puede ser un puente para establecer nuevas amistades.
Pretextos. En entornos escolares o reuniones familiares, la presencia de una mascota puede ayudar a romper el hielo y generar conversaciones espontáneas.