La lozanía de las mismas muchas veces se encuentra vulnerable por alteraciones que suponen un alto riesgo.
Dicho esto, tanto el organismo del hombre como el de la mujer no solamente son diferentes anatómicamente, sino que el funcionamiento y respuesta física de cada uno ante las enfermedades es distinta, presentando una mejor recuperación por parte de las féminas, al menos a ciertas afecciones.
“El sistema inmunológico de las mujeres solamente es distinto al de los varones durante la etapa de embarazo debido a la producción de anticuerpos para el bebé. Sin embargo, la recuperación de cualquier mal dependerá de los factores ambientales, una dieta balanceada y el estilo de vida. La hormona femenina llamada estrógeno es la encargada de ofrecer una recuperación mucho más rápida, intensa y eficaz para las mujeres”, explicó el médico general Andrés Aguilar.
La migraña, osteoporosis, infecciones urinarias, hipertensión, cáncer de mama, diabetes, várices y los quistes ováricos encabezan la lista de las enfermedades más comunes de las mujeres adultas, provocadas muchas veces por un estilo de vida poco favorable, producto de la industrialización de la sociedad y la contaminación que esta genera.
Por otra parte, las féminas en la etapa de la niñez son vulnerables a patologías como las infecciones urinarias y de garganta, gripe y dolor de oído, que son afecciones muy comunes y que pueden variar según el ritmo de vida y el cuidado de cada niña.
“El cáncer de mama, alguna enfermad poliquística y las infecciones vaginales figuran como factores de riesgo que pueden ser adquiridos por herencia, así como por el estilo de vida de las personas. En el caso de las niñas, es muy normal atender casos de infecciones urinarias debido a que ellas, al ir al baño, no se limpian correctamente, lo que provoca una propagación de bacterias. Esto sin mencionar que son propensas a contagiarse por alguna gripe, que es contrarrestada eficazmente en comparación con los hombres”,
agregó Aguilar.
Prevenir males es posible al conservar una alimentación balanceada, evitar el consumo de comidas rápidas y mantenerse lejos de los “vicios”. Todo esto garantizará que la mujer pueda gozar de una buena salud, en la que su obligación principal será hacerse chequeos médicos de rutina.