TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Una salida permanente a problemas circunstanciales jamás será una verdadera alternativa. Y cuando se trata del valor de la vida, siempre sobrarán razones para no rendirse.
El Día Mundial de la Prevención del Suicidio, que se celebra cada 10 de septiembre, organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP, por sus siglas en inglés) y avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), propicia una plática más profunda sobre la necesidad de actuar a tiempo.
La bandera de este 2022: “Crear esperanza a través de la acción”, refleja la importancia de un trabajo colectivo para abordar el problema. Entender, primeramente, qué impulsa a las personas a atentar contra sí mismas en respuesta a encrucijadas que colapsan su estabilidad mental y emocional, es un primer paso.
“La fuente más común de variables que llevan a las personas a cometer suicidio se encuentra en sus historias de vida. Aquellos que han tenido infancias o adolescencias muy duras, o que de pronto se ven obligados a pasar por eventos sumamente drásticos, son los más vulnerables”, apunta la psicóloga Patricia Mackay.
En consecuencia, la importancia de atenderse, de tratarse. “Nuestros pensamientos guían a los sentimientos que desencadenan nuestras conductas. Podemos caer en trampas cognitivas. Y una de las peores ideas que corretean en detrimento es apartarse de la vida, intentar o consumar un acto suicida”, continúa la experta.
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Deténgase
La idea de que una vez muerto sus problemas desaparecerán, que todo lo malo terminará, es un autoengaño. “La carga económica que sufriría su familia sería enorme. Sumiría en profunda tristeza a las personas que le quieren; les dará un duelo y sufrimiento inmerecidos”, reflexiona Mackay.
Anteponerse a cualquier resultado inmediato que no tendría reparo es una gran responsabilidad, pero también una oportunidad de reconsiderar. “Cuide su vida, que da presente y futuro. Que no le parezca poca cosa vivir, porque con vida todo se puede. Y cualquier conclusión que le invite a la muerte es tramposa”, concluye Mackay.
Y si usted está del lado contrario, mantenga la disposición de ayudar a otros cada vez que le sea posible. Que su realidad no sea igual a la de aquellos que luchan por encontrarle motivo a sus vidas, no significa que deba pasar de largo. Recuerde que hay quienes -equívocamente- sienten que se les agotan las opciones.
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