Tegucigalpa, Honduras.- Cada octubre, el mundo fija su atención en una realidad que para muchas mujeres —y sus familias— es un desafío que va más allá de la supervivencia: el diagnóstico de cáncer de mama.
Una enfermedad que en la mayoría de los casos pone a la paciente en la encrucijada de discernir entre someterse a un tratamiento que le permita ganar más tiempo de vida, aunque implique dolor y efectos secundarios, o priorizar la salud física y emocional aun cuando represente aceptar la mortalidad inminente a causa de una dolencia que hoy día es comparada con otras enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión.
Esto porque sus tratamientos pueden ser personalizados para mitigar los efectos secundarios sin sacrificar la calidad de vida de las pacientes, explicó la oncóloga Aída Erazo.
“Existen muchos medicamentos para apoyar las toxicidades de los tratamientos de quimioterapia y con esto, poder hacer menos agresivo un efecto adverso asociado”, agregó. Por tanto, el espectro de opciones se amplía, dando espacio a decisiones menos traumáticas.
Porque no, el impacto psicológico de un diagnóstico de cáncer no es menor. Las emociones fluctúan entre el deseo de aferrarse a la vida, el costo monetario de iniciar un tratamiento y el aceptar el camino de un buen morir, sin tratarse. Y es aquí donde el manejo multidisciplinario entra en juego.
“Es fundamental mejorar nuestra comunicación e identificar oportunamente al paciente para derivarlo al especialista adecuado: psicólogo, nutricionista, trabajador social, paliativista”, mencionó la experta.
Y aunque, usualmente, se teme hablar de la muerte como parte del proceso de cáncer hay un factor que no se puede omitir: “no podemos prolongar una vida a expensas de un sufrimiento”, dijo Erazo, quien razona que “el buen morir es ganancia en todo momento”.
Porque enfrentar la contraparte del cáncer no significa rendirse, sino reconocer que la calidad de vida es, en algunos casos, más valiosa que la cantidad de tiempo restante.
“El cáncer de mama es una enfermedad que cambia vidas, pero no tiene por qué arrebatarles su esencia”, puntualizó la entrevistada, en el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama (19 de octubre), una afección que enseña a comprender, apoyar, animar y, cuando llegue el momento, a soltar.
La experta
Dra. Aída Erazo - Oncóloga
Para citas: +504 9486-8976