TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Los riesgos para la salud asociados con la exposición al calor intenso están a la orden del día. Sin embargo, la necesidad de salir de la rutina diaria empuja a las personas a hacer de esta Semana Santa una oportunidad para vacacionar.
El aumento de las temperaturas es una realidad que incomoda y por momentos sofoca, por lo que resulta sumamente importante que todos, y sobre todo los veraneantes, se preocupen de resguardar sus niveles de hidratación, el estado de su piel y su cabello, y su salud digestiva, entre otros puntos.
Hidratación óptima
Evitar el golpe de calor es una de las principales recomendaciones. Esta es una condición grave que puede ocurrir cuando el cuerpo se sobrecalienta muy rápido y no logra enfriarse adecuadamente. Los síntomas incluyen confusión, mareos, piel caliente y seca, pulso rápido y debilidad. Ante ello se debe buscar ayuda médica de inmediato.
Por supuesto, mantenerse bien hidratado es la regla. El doctor Wilson Lanza sugiere, “si se exponen al sol, hay que tomar mínimo de cuatro a seis vasos de agua al día para prevenir deshidrataciones” y evitar las bebidas con cafeína o alcohol debido a que estas promueven la deshidratación. En este caso hay que prestar atención a los signos como sequedad en la boca, sed extrema y orina oscura y escasa.
Piel resguardada
Para cuidarse la piel se aconseja utilizar bloqueador solar de amplio espectro con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30 y volver a aplicarlo cada dos horas, especialmente después de nadar o sudar.
“Este paso debe cumplirse estrictamente, con un mínimo de tres aplicaciones al día en las zonas directas de exposición al sol para prevenir quemaduras, formación de ampollas e insolación”, menciona el experto.
Utilizar ropa ligera, fresca y de colores claros, y buscar sombra durante las horas más calurosas del día, evitando permanecer al aire libre en los puntos más altos del sol, es otra regla básica que le ayudará a proteger la salud de su piel y en general de su cuerpo de los estragos que causan las altas temperaturas, tan comunes en estas épocas del año.
Si las personas pasan tiempo al aire libre, se recomienda que busquen lugares templados y sombreados para descansar periódicamente. También es útil utilizar ventiladores o aires acondicionados para mantener fresco el entorno interior, esto aplica incluso para quienes decidan quedarse en casa durante estos días.
Cabello sano
Recuerde que durante el verano, el cabello también puede sufrir daños debido a la exposición al sol, al agua salada del mar y al cloro de las piscinas. Se recomienda utilizar protectores capilares y cremas hidratantes para mantenerlo saludable. Además de portar gorras o sombreros y gafas de sol para proteger el cuero cabelludo y los ojos de los rayos ultravioleta.
Identifique señales
Prestar atención a las señales que envíe su cuerpo es innegociable ante este y cualquier contexto. Se debe alentar a las personas a no ignorar los síntomas de sobrecalentamiento o deshidratación. Si alguien se siente débil, mareado o experimenta cualquier otro malestar, se aconseja que busque un lugar fresco y descanse.
“Si presenta síntomas de fiebre alta, dolor de garganta, dolor de cuerpo intenso, vómitos, diarrea o algún golpe fuerte acuda a su médico más cercano”, resalta el doctor Lanza, quien además subraya la importancia de siempre tener a mano “un kit de medicamentos básicos para situaciones de golpes, fiebres y dolores, tales como acetaminofén, ibuprofeno, antigripales, entre otros”.
Sistemas relacionados
Finalmente, en lo que respecta a la salud del sistema digestivo y respiratorio, muchas veces también afectados por las altas temperaturas, hay otras anotaciones a considerar.
En épocas de intenso calor es preciso mantener una dieta equilibrada y ligera para facilitar la digestión y evitar malestares estomacales. Se recomienda consumir alimentos frescos y ricos en agua, como frutas y verduras, y evitar comidas pesadas y grasosas que puedan causar anomalías en el proceso digestivo.
Mientras que, en respuesta al desconocimiento de algunos, las altas temperaturas pueden agravar problemas respiratorios como el asma o las alergias. Se aconseja limitar la exposición al humo del tabaco y a la contaminación del aire, así como mantenerse en lugares frescos y bien ventilados. Además, es clave llevar consigo los medicamentos necesarios en caso de emergencia o padecimientos ya existentes.