WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS.- Hace mucho que los expertos recomiendan la lactancia materna, debido a sus numerosos beneficios para los bebés, pero un nuevo estudio arroja unas cifras concretas sobre los efectos de la leche materna para salvar vidas.
La lactancia materna se asocia con una reducción de un 33 por ciento en las muertes infantiles en el primer año, según un estudio de casi 10 millones de bebés de EE. UU.
La investigación observó a los bebés nacidos en 48 estados y Washington, D.C. entre 2016 y 2018. Amplía a estudios más pequeños que habían encontrado una reducción en las muertes de un 19 a un 26 por ciento.
La lactancia materna “ofrece una gran protección contra muchas enfermedades agudas y crónicas en los bebés y los niños”, aseguró la investigadora principal, la Dra. Julie Ware, del Centro de Medicina de la Lactancia Materna del Pediátrico de Cincinnati.
Dar el seno por cualquier periodo durante los dos primeros meses reduce la incidencia de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) en hasta un 40 por ciento, señaló Ware. Esta cifra se dispara a un 60 por ciento si los bebés reciben el seno durante cuatro a seis meses, añadió. Entre las muertes infantiles prematuras, la lactancia materna también reduce las muertes por enterocolitis necrotizante, una enfermedad intestinal potencialmente letal.
Los beneficios no solo provienen de los nutrientes, y ni siquiera del contacto de piel a piel que la lactancia materna implica naturalmente, aunque estos aspectos también son valiosos.
“La leche materna está repleta de tantas moléculas de protección inmunitaria, componentes bioactivos, que de verdad preparan al sistema inmunitario del bebé”, enfatizó Ware. “La protección inmunitaria es como la fuerza motriz dentro de la leche materna”.
En el estudio, que se publicó en una edición reciente de la revista American Journal of Preventive Medicine, los investigadores utilizaron datos del Centro Nacional de Estadísticas de Salud de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., que vinculaban los certificados de nacimiento con los datos sobre la mortalidad infantil.
El análisis observó si la iniciación de la lactancia materna, según se registró en el certificado de nacimiento, se asociaba con la muerte infantil entre el día 7 y el final del primer año. Los autores también tomaron en cuenta la edad, la educación, la raza y la etnia de la madre, así como la ubicación geográfica.
La Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics) y la Organización Mundial de la Salud reconocen a la lactancia materna exclusiva como la nutrición preferida para los bebés hasta los 6 meses de edad. Entonces, ambas recomiendan dar el seno junto con alimentos normales durante al menos los dos primeros años de vida.
Pero las tasas de lactancia materna no alcanzan las metas de EE. UU.
Estos hallazgos son una oportunidad para promover la lactancia materna, planteó Ware, al mismo tiempo que reconoció que hay casos raros en que una madre no puede lactar.
“Deseamos respaldarlas en el cuidado de sus bebés”, enfatizó. En cuanto a las que tienen dificultades para lactar, es algo que se puede solucionar, añadió Ware.
“Toda la sociedad debe ayudar a hacer esto”, dijo.
Entre las dificultades se encuentra el trabajo. Ware apuntó a la necesidad de una licencia familiar paga, de forma que las madres puedan estar en casa para amamantar a sus hijos recién nacidos, y de respaldo en el lugar de trabajo cuando vuelvan.
“Nos encanta que nuestro gobierno haya aprobado hace poco la [Ley Bomba para Madres Lactantes (Pump for Nursing Mothers’ Act)], que ahora respalda que casi todas las empleadas lactantes de EE. UU. extraigan leche cuando vuelvan al trabajo”, comentó Ware. “Y necesitamos acceso a la atención para la lactancia para las mamás que quizá se enfrenten a algunas dificultades tempranas”.
Ware también hizo un llamado a que haya acceso a expertos de distintas culturas, para que las madres que busquen ayuda se sientan más cómodas.
“Depende de nosotros trabajar para respaldar a las madres y resolver las dificultades”, aseguró Ware.
La Dra. Maya Bunik alabó el estudio y su hallazgo de que la lactancia materna exclusiva es una forma rentable de reducir las muertes infantiles. Bunik, que es profesora de pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado, no participó en el estudio.
“Los datos de cada estado son esenciales, porque los problemas se solucionan mejor a nivel local con los implicados en la salud pública”, aseguró Bunik.
Las iniciativas de iniciación de la lactancia materna varían bastante de una región a otra, y como resultado la protección conferida difiere, revelaron los datos. En los estados del Noreste y del Atlántico Medio, la lactancia materna se vinculó con una reducción en la tasa de mortalidad de un 44 por ciento, pero fue de apenas un 21 por ciento en el Sureste, donde menos madres nuevas dan el seno a sus bebés.
Bunik también pidió que haya respaldo para la lactancia materna para las mujeres embarazadas y las madres de recién nacidos.
“Si cada mujer pudiera recibir respaldo para la lactancia materna en la primera semana de vida, podíamos hacer que su viaje sea mucho menos difícil”, señaló. “Animamos a los cursos de preparación al parto, pero un curso de lactancia materna debería ser una parte esencial de cómo pensamos sobre preparar a una familia para que tenga a un bebé”.
El suministro de leche se establece en las primeras tres a cuatro semanas, anotó Bunik, lo que hace que ese periodo sea esencial para obtener ayuda temprana y frecuente del proveedor de atención primaria del bebé o una especialista en lactancia reputada.
Bunik también es presidenta de la sección de lactancia materna de la Academia Americana de Pediatría. Hizo referencia a la declaración de política de julio de 2022 de la organización, que describió los numerosos beneficios que se observan con dos años de lactancia.
“La lactancia materna salva vidas”, añadió Bunik.
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