TEGUCIGALPA, HONDURAS.- En el marco del amor los acuerdos son infinitos y entre tantas decisiones que se deben tomar surge una disyuntiva que desafía tanto a corazones jóvenes como a parejas ya experimentadas: ¿deberíamos vivir juntos antes o después de casarnos?
Más allá de una decisión de convivencia es un reflejo de cómo las parejas entienden el compromiso, la intimidad y el propio concepto de unión.
Por ejemplo, la psicoterapeuta Judith Andino enmarca algunos beneficios psicológicos que se pueden observar al vivir juntos previo al matrimonio, que son: conocer profundamente a la pareja, tener una previsualización del futuro juntos, adaptarse mejor a situaciones inciertas, conocer características más profundas del otro en cuanto a cómo funcionan en sus tiempos libres y mejorar su interacción sexual.
Por otro lado, elegir vivir juntos hasta después del matrimonio guarda un matiz de tradición y expectativa que aún predomina en muchas culturas.
Esta decisión puede fortalecer el compromiso emocional, infundiendo un sentido de novedad y aventura en los primeros años de matrimonio.
No obstante, esta elección también puede significar que las parejas enfrenten sorpresas y desafíos, poniendo a prueba su capacidad de adaptación y resiliencia desde el día uno.
Sin olvidar que “todo está sujeto a las necesidades de cada relación”, dijo la experta, por lo que no podemos esperar que cada decisión impacte igual en cada pareja.
La convivencia, en cualquier momento que se elija, es una oportunidad para crecer, aprender y fortalecerse como personas que anhelan estar juntas
¿Hay estabilidady satisfacción?
Vivir juntos antes de la boda: Hay una mayor inestabilidad a futuro, las rupturas son más frecuentes primordialmente por falta de comunicación, desacuerdos en metas a futuro, cambios en la relación y falta de compromiso.
Inicialmente hay mayor satisfacción cuando todos los puntos matrimoniales están claros y si rompen es poco probable que haya reconciliación.
Vivir juntos hasta después de casarse: Suele haber mayor estabilidad, pese a los desacuerdos, porque se sostiene el acto sagrado del matrimonio.
Es probable que a futuro se esfume el amor, los actos de compromiso y la monotonía se haga presente. En estas relaciones la dependencia afectiva es fuerte y surgen pactos para quedarse juntos por diversas prioridades.
El éxito de una relación
“No existe una edad específica o un tiempo de duración máxima para determinar que una relación tenga éxito. Todo va a depender de cada individuo que conforma la pareja y del compromiso que exista entre ambos”, aseveró Andino.