TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Al escuchar el término “dependencia emocional”, a menudo imaginamos a una persona que depende de otra en todo contexto, desde la toma de decisiones hasta los logros alcanzados. Sin embargo, esta es solo una cara del patrón psicológico.
La dependencia emocional es un estado mental en el que uno es incapaz de asumir la plena responsabilidad de sus propios sentimientos. Se experimentan emociones como angustia, ansiedad, dolor o depresión, pero no se pueden aceptar o procesar adecuadamente.
Las personas con dependencia emocional tienden a no abordar la causa de estas emociones y, en consecuencia, dependen de terceros, especialmente de la aprobación y atención de sus parejas, para definir su valía y personalidad.
Un poco de dependencia en una relación es normal, pero cuando el bienestar emocional de alguien está completamente anclado a su pareja es cuando se pierde el equilibrio y se llega a un estado insano.
“El amor sano reconoce y respeta la individualidad propia y de la pareja. La dependencia emocional hace creer a quien lo sufre que su bienestar emocional está anclado a la pareja de diversas formas. Creen que solo pueden estar ‘completos’ o disfrutar estando cerca de su pareja”, explica Antonio Escobar, psicoterapeuta individual y de parejas.
Las señales de dependencia emocional incluyen ansiedad constante por lo que la pareja hace y con quién está al estar separados, la idealización excesiva, un sentido de pertenencia obsesivo, la interpretación errónea de situaciones emocionales según su conveniencia, la ignorancia de la individualidad y el espacio de la pareja y la responsabilidad de la propia felicidad en la relación
Cultívese, logre la independencia
¿Qué es la independencia emocional? Esto se refiere a la capacidad de una persona para manejar sus propias emociones y necesidades sin depender exclusivamente de los demás para su bienestar emocional.
Clave
La independencia emocional puede ayudar a las personas a tener relaciones más saludables y equilibradas y a vivir una vida más plena y satisfactoria.
Es preciso reconocer y aceptar la realidad, y ser conscientes de que hay situaciones emocionales nada sanas.
Opinión del experto
“Desarrollar la independencia emocional implica reconocer que el centro de atención no debe ser exclusivamente la pareja, sino también enfocarse conscientemente en uno mismo. Esto no significa convertirse en una persona egoísta, sino ser consciente del propio desarrollo personal y lograr ser más empático y comprensivo en las relaciones. Asimismo, se debe aceptar y respetar la individualidad de la pareja, y asumir la responsabilidad de su propia felicidad, siendo selectivo en lo que se acepta o no en la relación. Al lograr esto, se puede alcanzar un estado mental saludable y una relación más equilibrada”.