Tegucigalpa, Honduras.- Cuando elegimos a una pareja solemos pensar que esta decisión se basa en gustos, afinidades o incluso se lo acreditamos al destino.
Sin embargo, los aspectos psicológicos que nos definen como individuos enmarcan estas elecciones sentimentales con raíces que se remontan a la infancia, especialmente a la relación forjada con nuestros padres, creando patrones inconscientes que dirigen estos dilemas del amor.
De acuerdo a la máster en psicología Anjannette Gavarrete, estos patrones “son formas de pensar, sentir y actuar que desarrollamos sin darnos cuenta y que influyen en nuestra vida sin que seamos totalmente conscientes de ellos”.
Esto significa que, de manera involuntaria, buscamos relaciones que nos resulten familiares, incluso si estas reabren viejas heridas. No es extraño repetir dinámicas disfuncionales con la esperanza de cambiar la historia, “es como una ‘zona de confort emocional’; incluso si algunos aspectos no son ideales o saludables, sentimos cierta familiaridad y seguridad en lo conocido”, apuntó la entrevistada.
Y es que desde los primeros años, las experiencias con los padres moldean nuestra percepción del mundo y del amor.
Por ejemplo, si recibimos cariño y validación, nos sentiremos seguros en los vínculos que forjemos; pero si el entorno estuvo marcado por el rechazo es posible que, en la adultez, carguemos con todas esas inseguridades, pues “tendemos a atraer personas o situaciones que reflejan estas experiencias”, enfatizó la experta.
Paso a paso para romper el patrón
La repetición de estos patrones responde al deseo inconsciente de reparar el pasado; lo ideal es iniciar a desprenderse de esos moldes emocionales a partir del reconocimiento. Aquí, los consejos.
- Identifique: La introspección es clave, pregúntese cómo reacciona en sus relaciones y evalúe sus expectativas.
- Comunique: La comunicación efectiva cambiará los ciclos de dependencia o distanciamiento por vínculos saludables.
-Trabaje: La estabilidad interior forja vínculos sanos; trace metas y cree amistades que fortalezcan su identidad.
Señales de que está forjando una relación sana
- Respetan su individualidad: Una relación sana se caracteriza por disfrutar y valorar los momentos compartidos, pero también por comprender y respetar que cada uno necesita de su propio espacio.
- Se apoyan mutuamente: Otra buena señal por identificar es que exista un compromiso de crecimiento como pareja, sin olvidarse del sólido respeto en los deseos de desarrollo individual del otro.
- Resuelven conflictos constructivamente: Las diferencias y desacuerdos son inevitables, pero en una relación sana se manejan con empatía, paciencia y disposición a escuchar y mejorar.
Para los nuevos padres
La experta aconseja a los nuevos padres que “creen un ambiente seguro en el hogar donde los niños se sientan escuchados y sepan que sus emociones son válidas, trabajen el amor propio y la inteligencia emocional a nivel personal, familiar y como padres; y si consideran que sus propios patrones emocionales no fueron sanos en la niñez, busquen ayuda y trabajen en ellos para no repetirlos”.