Y claro, por defecto, ante un diagnóstico, y la angustia, dolor y tratamientos que conlleva, se generan síntomas propios del proceso -pérdida de la libido por la reducción de los estrógenos y sequedad vaginal- y la actividad íntima cesa. Todo pasa a un segundo plano mientras la vida pende de un hilo. Y es completamente válido.
“El impacto emocional que puede causar el cáncer afecta la autoimagen, autoestima, la libido, e incluso puede causar dudas con respecto a cómo la pareja la percibe y cómo se percibe a sí misma, su feminidad y su atractivo sexual”, afirma Antonio Escobar, psicólogo y psicoterapeuta. “En estos casos la comunicación en pareja es clave”, añade.
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Si usted desea retomar su vida sexual, empiece por tener una conversación honesta y realista con su pareja. Incluso es esencial informar a su médico. Usted debe ahondar sobre los efectos nocivos de los tratamientos en su libido. A partir de ahí, recomendaciones como ejercitarse son vitales. A un lado de los procesos químicos, la actividad física nos hace sentir bien con nuestro cuerpo y mejora la autoestima.
Por otro lado, haga pequeñas cosas para sentirse bien.
Por ejemplo, un cambio de apariencia e incluso un atuendo pueden nutrir la confianza. Intente explotar nuevas aventuras con su pareja, como juguetes sexuales o películas sugerentes que les funcionen a ambos. Para contrarrestar la sequedad vaginal use lubricantes. Si experimenta dolor, hable con su médico sobre lo que siente, dónde y cuándo.
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