TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El advenimiento del internet, los dispositivos inteligentes y, en su defecto, de estafadores y hackers, ha planteada desafíos que van más allá de un simple objetivo en los entornos digitales.
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En este caso, el de las apps de citas, “hacer match” o flirtear se diluye entre intentar proteger la información personal y el hervidero de ciberamenzas que han encontrado ahí su nicho.
Pero esto, lejos de ahuyentar, quizá ha propiciado la normalización de su uso. En 2019 un estudio de la Universidad de Standford aseguraba que el 39% de las parejas heterosexuales y el 60% de las homosexuales se conocen mediante estas aplicaciones.
Según ESET, Tinder, por ejemplo, con más de 75 millones de usuarios activos mensuales y 10.6 millones de suscriptores, en la última década registró más de 70 mil millones de usuarios que hicieron “match” y que dieron lugar a 1.5 millones de citas por semana.
Pero a medida que la “ludificación del amor” se encauza, es muy probable que millones de usuarios también estén menos alertas y, en consecuencia, sean el blanco anhelado por ciberdelincuentes. Entonces, ¿qué puede hacer para mantenerse seguro? Una medida de protección innegociable es la autenticación de dos factores.
Además, opte por un administrador de claves para recordar contraseñas, o frases de contraseña, únicas, robustas y seguras. Los sitios de citas en sí ofrecen múltiples funciones para ayudarlo a mantenerse seguro.
En Bumble, por ejemplo, existe la opción de usar la aplicación en “modo incógnito”, lo que le permite ocultar su perfil y mostrarse solo a aquellos a quienes haya hecho swiping.
Otro punto a valorar es la configuración de privacidad de estas plataformas y analizar qué límites puede aplicar a su perfil. Los usuarios de Hinge, por ejemplo, pueden personalizar su configuración de privacidad para controlar lo que los demás pueden ver, mientras que Bumble ayuda a conectar por ubicación, pero es una opción configurable.
Al final, es una compensación. Para aprovechar al máximo la funcionalidad de una aplicación de citas deberá ceder algunos de sus datos personales a la propia plataforma. Luego, depende de usted limitar la cantidad de datos que proporciona a la aplicación de citas, así como a las posibles coincidencias.
Los fraudes más comunes, según ESET
Catfishing
Las estafas de catfishing (es decir, perfiles falsos) a menudo se sienten demasiado buenas para ser verdad, pero sus víctimas continúan con ellas con la esperanza de que sean reales. Y puede sonar inofensivo, pero este tipo de fraude puede causar angustia emocional y prolongarse por meses e incluso años.
Lo delicado es cuando el estafador comienza a pedir información confidencial o dinero. Así que si cree que un perfil podría estar usando fotos robadas, realice una búsqueda inversa de imágenes en Google.
Suplantación de identidad
Estar en apps como Tinder también implica que se está expuesto a un posible ataque de malware o de phishing. Es fácil que lo engañen para que abra un enlace que no debería o para que se comparta con un delincuente un código que le dará al atacante acceso a otras cuentas.
Ya que una vez que se accede a una cita puede que el riesgo esté en enlaces en los que no se chequea la seguridad, pueden ser de supuestas entradas a un concierto o si se pide que comprar las entradas porque la tarjeta no funciona y, sin pestañear, se colocan los datos de la tarjeta de crédito y se presiona “comprar”.
Perfiles falsos
Esta es la estafa básica. Delincuentes crean perfiles falsos, ya sea utilizando imágenes de bancos que parecen extraídas del catálogo de una agencia de modelos o, por el contrario, utilizando imágenes superamateur, borrosas y sexualmente sugerentes.
En ambos casos, lo más probable es que se trate de estafadores que intentan que el usuario deslice el dedo hacia la derecha.Una vez en contacto, con la excusa de que “no pasan mucho tiempo en Tinder”, solicitan el número de teléfono.
Sextorsión
Enviar desnudos” y hacer sexting, dos actividades que son tan populares como riesgosas, convierten a las personas en un objetivo fácil para que los estafadores se aprovechen.
A pesar de que es cada vez más común compartir fotos al desnudo, esto sigue siendo algo que la sociedad espera que sea privado. La sextorsión es un delito serio que puede generar dolor y angustia, e incluso por la vergüenza y el miedo se puede ceder a la extorsión a cambio de mantener las fotos en privado.
Código de verificación
En este caso un perfil con el que se hace match, contacta y pide si lo puedes ayudar recibiendo un código a su teléfono. Este código suele ser la clave de verificación para acceder a su cuenta de Facebook, Snapchat, WhatsApp o de su cuenta bancaria.
También sucede que utilizando bots los estafadores se contactan con la personas que hicieron match con el perfil falso y de manera automatizada envían enlaces para verificar la cuenta. Los estafadores intentan sacar provecho de la posibilidad de verificar un perfil que ofrece Tinder.