La letra de la emblemática canción 'Love Hurts' dice que “el amor duele, el amor deja marcas, el amor hiere, el amor araña”… y a veces eso ocurre de forma literal.
Muchas parejas buscan el placer extremo y durante ese recorrido a la fantasía, algunas prácticas repletas de orgasmos alucinantes los han llevado a la muerte. ¿Vale la pena literalmente morirse de placer?
Pequeños toques eléctricos
Uno de los casos más mediáticos fue el de la pareja estadounidense conformada por Kristen Taylor y Toby Taylor. En la búsqueda de algo cada vez más intenso y como parte del juego sexual, Kristen recibía toques eléctricos en la boca y los pezones, hasta que una descarga le quitó la vida. Su esposo fue acusado de homicidio involuntario.
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Amarrar y suspender
El arte erótico ha llevado a varias parejas a amarrarse y colgarse en pleno acto sexual. Para ellos el único objetivo es intensificar el placer, al menos eso es lo que creen.
Un caso muy sonado en esta prática fue el de Soter Mule y su novia de 24 años. Intentaron realizar una acrobacia extrema -inlcuyendo a una tercera persona-. Mientras las dos mujeres estaban atadas en el aire, una se desmayó y el peso muerto estranguló a la novia de Mule. Aunque él intentó salvarla no pudo cortar a tiempo las sogas que estaban en su cuerpo.
Hasta sacar llamas
Algunas parejas apuestan por actos “picantes”. La pirofilia significa obtener placer sexual con el uso de fuego. Sin embargo, esto puede ocasionar quemaduras graves o un incendio dentro de la habitación.
Hasta quitarse el oxígeno
Un estudio publicado por Journal of Forensic Sciences asegura que el 90% de las muertes ocurridas durante la intimidad están ligadas con hipoxilia o muerte por asfixia a través del ahorcamiento o el empleo de bolsas de plástico.
Según el portal The Daily Beast, cada año ocurren hasta mil muertes relacionadas con la búsqueda extrema del orgasmo.
En Honduras se registró un caso ligado supuestamente a 'la muerte dulce'. Presuntamente una pareja decidió tener intimidad al interior del vehículo, como ambos estaban en estado de ebriedad se quedaron dormidos.
El automotor estuvo encendido por horas y el monóxido de carbono que se filtró a la cabina les produjo la muerte, según la principal hipótesis. Se le conoce como 'muerte dulce', porque no hay dolor.
