Concretar una entrevista con Robert De Niro no es para nada fácil, pero con la ayuda de la organización del Festival de Cine Tribeca, lo conseguimos.
Sabemos que es uno de los mejores actores de Hollywood (ok, ok, ‘el’ mejor), pero lamentablemente no suele tener la mejor fama para las entrevistas, por timidez o por no tener demasiadas ganas de hablar sin las palabras definidas por un guión.
Con él, la seriedad resulta el peor enemigo. Cualquier incomodidad, puede resultar en las más cortas respuestas, con monosílabos. La clave, por experiencia, es lograr que se sienta cómodo, como cuando hace un par de años nos dio el protocolar permiso de llamarlo ‘Bob’.
Por lo visto tuvimos suerte. Encontramos un Robert De Niro con buen humor, mucho más agradable que lo normal, abierto a hablar de su vida más allá del cine. Un íntimo Robert De Niro que ya nada se parece al poco simpático personaje de Meet the Parents o el viejo clásico Taxi Driver.
¿Cómo reacciona cuando se le acerca algún admirador, fuera de un estudio de cine? No tengo problemas en ese sentido, pero es gracioso cuando la gente se me acerca a veces con ciertas frases de alguna película mía.
¿Con tantas personas imitándolo con la frase de Taxi Driver, You Talking To Me, suelen hacerlo también delante suyo? No es tan seguido, pero cuando pasa me sorprende porque no es algo que espero de la gente. No me molesta. Por lo general, la gente suele ser muy respetuosa y no molestan. A veces ni siquiera me reconocen, porque no esperan verme fuera del cine.
¿Es cierto que en un camarín, mientras filmaba Taxi Driver, escribió un gran signo de pregunta detrás de la frase You Talking To Me? No me acuerdo. A lo mejor está en el guión, a lo mejor lo escribí.
¿Y le gusta cuando la gente usa esa frase, tan a menudo?
Sí, porque así... no desaparece.
¿Hay quienes también tratan de pasarle guiones debajo de la puerta? No, los guiones me llegan por medio de mi representante. La mayoría de las veces, él los lee antes y en la oficina hay personas especialmente contratadas para leerlos antes que yo, porque no tengo tanto tiempo. Pero suele pasar que alguien que conozco me da un guión y lo leo, si aprecio esa persona (ríe). Son los casos en que respeto el gusto de esa persona. Nunca se sabe, porque un guión puede llegar a tocarme en una forma que a lo mejor no esperaba.
¿A qué se hubiera dedicado si no fuera actor? Yo siempre quise ser actor, desde que tenía diez años. Por un tiempo dejé la idea de lado, pero a los 15 o 16 años cambié de idea y a los 18 ya lo tomé en serio.
¿Cuál fue su primer trabajo como actor? A los diez años me tocó el personaje del León Cobarde de ‘El mago de Oz’.
¿Qué tan buena fue aquella actuación? Fue hace mucho tiempo, ni siquiera me acuerdo. Claro que no fue nada como hoy. Ni siquiera hay alguna foto ni nada parecido. Pero por cosas así, soy la persona que soy hoy.
¿No se anima a decir que fue el mejor? El Hombre de Lata era un poco flojo como actor (risas).
¿A puertas cerradas es tan introvertido como se ve en las entrevistas? No sé, supongo que a veces puedo sonar un poco odioso (ríe).
¿Por qué cree que tantos artistas son introvertidos o por qué los introvertidos se inclinan hacia el medio artístico? La gente trata de expresarse. Y cuando no podemos expresarnos, nos podemos volver locos. Los actores, artistas o cineastas pueden experimentar las vidas de otras personas, historias o experiencias que uno no puede llegar a tener personalmente, pero igual quiere explorar esa experiencia, expresarla. Eso es lo divertido de mi trabajo.
¿Se hubiese inclinado a la pintura en vez de la actuación? No es algo que me gustaba. Mi padre pintaba, desde que tenía 5 años, pero yo no.
Cuando Robert Anthony De Niro Junior nació en Nueva York, el 17 de agosto de 1943, sus padres ya se dedicaban a la pintura. La madre, Virgina Holton Admiral, también era poeta y el padre, Robert De Niro, era escultor además de un apasionado por la pintura expresionista abstracta, que justamente había conocido a la esposa en unas clases de pintura, en la ciudad de Provincetown. Y aunque se divorciaron cuando Bob tenía apenas tres años, nunca vivieron alejados más de unas cuadras en Little Italy y el contacto familiar se mantuvo siempre intacto. Aunque no heredó la pasión por la pintura, Bob De Niro se inclinó por el lado artístico de la actuación en aquella producción escolar de “El mago de Oz”, donde interpretó al León Cobarde. Y así fue como también dejó la escuela secundaria a los 16 años para dedicarse de lleno a la actuación, tomando clases en el Conservatorio de Stella Adler y el prestigioso Actors Studio de Lee Strasberg. Tenía 20 años cuando hizo su primera película, The Wedding Party, con Brian De Palma, aunque tardaron seis años en estrenarla. En 1973, comenzó la famosa relación con Martin Scorsese, de la mano de la película Mean Streets, justo un año antes de interpretar el clásico personaje de Vito Corleone en la segunda versión de ‘El Padrino’. Ganando un Oscar como Mejor actor, siguió mejorando con cada siguiente película. Taxi Driver (1976), New York, New York (1977), Raging Bull (1980), The King of Comedy (1983), Goodfellas (1990), Cape Fear (1991) y Casino (1995) son solo algunos ejemplos. Demostrando que él también puede reírse en su trabajo, resultó una verdadera sorpresa exitosa cuando protagonizó con Billy Crystal la comedia Analize This (1999) o Meet The Parents (2000) con Ben Stiller, además de haberle agregado la voz al personaje de Don Lino en el dibujo animado Shark Tale (2004). También cruzó del otro lado de la cámara para dirigir la película A Bronx Tale (1993) y The Good Shepherd con Matt Damon y Angelina Jolie. Y en el 2011, además fue el presidente del jurado en el Festival de Cannes. Creador de su propio festival de cine en Tribeca, Nueva York, Robert De Niro también es dueño del restaurante Tribeca Gril y el hotel Greenich, junto con otras propiedades en Manhattan. Con los millones de dólares que gana, no necesita trabajar. Para nada. Pero, por suerte, para el deleite de sus admiradores, por lo visto, no piensa jubilarse muy pronto.
¿Pensó en jubilarse? No sé, vengo pensándolo pero no tengo una respuesta todavía.
¿Pero piensa jubilarse algún día? Sí.
¿Cuántas películas está analizando hacer, ahora mismo? Tengo varias. Te diría entre 7 y 10 que se están desarrollando o estoy trabajando ahora mismo. Claro que no es demasiado realista pensar que todas van a llegar a filmarse, porque a lo mejor termino haciendo solo tres, a lo mejor más.
¿Cómo toma cada película cuando termina? ¿Es como un cuadro que cuelga en la pared para seguir admirando o lo guarda en alguna caja,para no volver a verlo? Una vez que termino una película tengo que esperar cierto tiempo para que la terminen de editar y la suelo ver en las etapas en crudo. Y a medida que pasa el tiempo, me gusta ver la reacción de la gente. Nadie sabe lo que puede gustar. Un buen ejemplo fue Taxi Driver, una película que nunca pensamos que podía tener ninguna clase de impacto. Nunca se sabe. Uno solo puede hacer su trabajo lo mejor que puede, nada más.
¿Cuándo fue la última vez que vio Taxi Driver? Hace demasiado tiempo. Si la veo en TV, por casualidad, a lo mejor me pongo a ver alguna escena y puedo ser bastante objetivo. Pero hace muchísimo tiempo que no la veo.
¿Cuando recién empezaba con la actuación, soñó con ganar fortunas y premios como actor? No, no tenía la menor idea.
¿Lo hubiera hecho igual, si le hubiera ido peor? Sí. Yo disfruto con la actuación y mientras pueda ganarme la vida, estoy bien. Solía ver otras personas, pensando “Si ellos pueden hacerlo, yo también puedo”.
¿Es un desafío ser un padre actor millonario en un medio donde a la mayoría de los actores desconocidos les cuesta llegar a fin de mes? Bill Cosby dijo alguna vez “Los únicos chicos ricos que conozco, son los míos”. Mi familia tiene suerte. Punto. Sabemos que así no es el mundo real. Solo somos una décima parte del resto del mundo.
¿Aprendió algo con el negocio de los restaurantes? No es para nada fácil, pero también tuve suerte. El primer restaurante que tuve fue Tribeca Grill y ahora también tengo Locanda Verde.
¿Donde viviría si lo deportaran de Estados Unidos? Probablemente me gustaría vivir en algún lugar con clima cálido, el trópico, en alguna playa.
¿Internet? No.
¿Tiene computadora? Uso computadora, pero no tengo Twitter ni nada de eso.
¿Teléfono celular con email?
Tengo un iPhone y es muy conveniente. Mando mensajes de texto, emails. Con eso, es suficiente.
¿iPad? Tengo una de esas, también. Y la uso en ciertas situaciones, cuando necesito leer guiones, por ejemplo.
¿Se arrepiente de haber rechazado algún guión que después terminó siendo un superéxito en el cine? Lo que sea que hice me parece perfecto, para bien o por mal. ¿Qué puedo hacer? Tengo que resignarme.