Cuando se cuenta con la imaginación necesaria, unos pocos materiales bastan para iniciar cualquier proyecto.
Y en este caso el proyecto es uno solo: elaborar manualmente figuras de ángeles utilizando para ello pastes comunes y corrientes, pero que una vez terminada la obra dejan de un lado su uso común, el cual es limpiar el cuerpo con agua y jabón, y pasan a formar parte de lindas figuras que hoy en día son admiradas por quienes tienen la oportunidad de adquirirlas.
Las iniciadoras de este proyecto son dos humildes mujeres, madre e hija, Iris Chávez y Martha Irene Hernández, residentes en la colonia San Francisco de esta capital.
Superación
De acuerdo con su relato, todo comenzó cuando formaron parte del grupo de mujeres que participan en los cursos de manualidades apoyados por Doris Gutiérrez, regidora de la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC), y aprendieron a realizar piñatas, labores en el huerto, a elaborar bisutería, velas y tarjetas para todo tipo de ocasiones, entre otras cosas.
En ocasión de las fiestas de Navidad y de Año Nuevo, madre e hija se unieron a sus amigas y comenzaron a elaborar ángeles de paste, ingeniándoselas para darles un toco diferente, como la falta de ojos; “nos parece que nuestros ángeles prefieren no ver lo que pasa en estos momentos en el mundo”, comenta Iris .
Al inicio regalaron estas piezas a personeros de instituciones que de alguna manera contribuyen con ellas en su proyecto y a periodistas que les han dado un espacio para compartir con los capitalinos su iniciativa; poco a poco fueron viendo que sus obras agradaban, por lo que decidieron venderlos, para lo que se trasladaron al parque central de la capital, donde obtuvieron un excelente resultado.
Herramientas
Liliana Donaire, participante en el proyecto, comenta que no es difícil elaborar estos pequeños ángeles, bastan el molde de las figuras, los pastes de baño provenientes de La Soledad, departamento de El Paraíso, cinta de mantequilla de una y media pulgada en variados colores, limpiapipa para aureola, hilo, flores y frutas de distintos colores, plasticola, pistola de silicón y toda la imaginación necesaria para dar forma a estos angelitos.
No es algo de sabios, basta el interés, tener pasión por lo que se hace, unos cuantos conocimientos y el resultado final no se deja esperar.
Es así que este grupo de mujeres han dado rienda suelta a su imaginación plasmando con materiales comunes verdaderas obras artísticas, dignas no solo de admirarlas, sino de adquirirlas. Lo que comenzó con un proyecto comunal ha vencido las barreras para convertirse en el principio de un verdadero negocio.
Carla Alvarado comenta con mucha satisfacción que han decidido vender sus ángeles no solo en el parque central de Tegucigalpa sino que también en el resto de los sitios públicos de la capital, como la plaza Los Dolores; piensan asistir a las ferias, en especial a la de Suyapa, que se realiza en el mes de febrero; “la mayoría de las mujeres que hacemos está labor somos madres solteras, pero siempre dispuestas a sobresalir en la vida”, comentó.
A decir verdad, cuando se quiere se puede, y este grupo de mujeres capitalinas han demostrado que lejos de reducir su labor a las tareas comunes de la casa pueden usar parte de su tiempo para realizar un trabajo divertido, que requiere mucha imaginación y tiene rentabilidad.