El vacío que dejó el desaparecimiento físico de los jóvenes universitarios Rafael Alejandro Vargas Castellanos y Carlos David Pineda Rodríguez trasciende la frontera familiar.
Humberto Quiroz, Mario Carvajal, Jorge Humberto Pérez, David Quiroz y Daniel Villaseñor son cinco de los más cercanos amigos de los dos estudiantes que fueron vilmente asesinados el 22 de octubre de 2011 a manos de miembros de la Policía Nacional.
La amistad que tenían con Vargas Castellanos y Pineda Rodríguez inició desde cuando algunos de ellos eran muy pequeños, pues fueron compañeros desde el kínder hasta alcanzar el título de secundaria en la Summer High School.
Además del compañerismo, la música, los videojuegos y los cómics contribuyeron para que la amistad entre los siete jóvenes creciera cada día más y que a un año de su muerte sean los que a cada momento extrañan la presencia física de los fallecidos. En su círculo de amistad hay un enorme vacío.
“La amistad que teníamos con Rafael Alejandro y Carlos David fue bien sincera, lo que condujo a que fuéramos un grupo muy unido”, dijo Jorge Humberto Pérez.
Por su parte, David Quiroz describió a Carlos David como una persona que era muy activa, jovial, amigable y siempre le gustaba estar con sus amigos. Mientras que recordó que Rafael Alejandro era alegre, pero un poco más tímido, amante de los videojuegos, películas, la música y los cómics.
“La comida favorita de Alejandro era la de McDonald, igual que Carlos David, y visitaban el restaurante ubicado frente a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras porque siempre había refill”, aseguró Quiroz.
Mario Carvajal, otro de los inseparables amigos de los jóvenes asesinados, aseguró que “los vamos a recordar como hermanos”.
Con Rafael Alejandro fue compañero desde el kínder hasta ingresar a la universidad, mientras que con Carlos desde sexto grado hasta que se graduaron en secundaria.
Mientras, Humberto Quiroz dijo que recordará a Rafael Alejandro como “la persona más ocurrente que ha conocido”.