Los venezolanos se encuentran en la recta final de unas elecciones nacionales atípicas porque, entre otras aspectos, por primera vez la oposición, liderada por el presidenciable Henrique Capriles, se acerca con peligro de ganarle una contienda al candidato oficialista y mandatario de esta nación, Hugo Chávez.
Luego de 14 años en el poder, Chávez se topa con un aspirante con serias posibilidades de ganar los comicios presidenciales del próximo domingo 7 de octubre, luego de dos votaciones en las que obtuvo triunfos por arriba de 20 puntos sobre sus más cercanos contendientes.
EL HERALDO viajó a Venezuela, único medio de comunicación de Honduras, para informar sobre la pasión política que agita a los pobladores de este país petrolero y las incidencias en el día de las elecciones.
Mientras otros políticos que enfrentaron a Chávez por la Presidencia perdieron por distancias considerables, ahora Capriles se muestra capaz de plantarle cara y le pisa los talones con una diferencia de menos del 10 por ciento en consultas a votantes.
Chávez, que tiene un control absoluto del Estado, ha implantado toda una maquinaria para arrollar en los comicios, pero esta vez, la situación ha cambiado a juzgar por los sondeos y encuestas que evidencian a un Chávez vulnerable.
Esto ha generado una efervescencia política en Venezuela vista pocas veces y una división entre la sociedad, una mayor a la que se percibía entre los que endiosan y satanizan a Chávez.
Encuestas al por mayor
Las diferencias de intención del voto era considerable a favor de Chávez hace 10 meses, pero a medida que el proceso electoral llega a su clímax los distancias se achican, al grado que el mismo candidato oficial a admitido que había que trabajar más en la campaña para separarse lo suficiente de Capriles y correr riesgos de perder.
Y allí entra en escena otro rasgo particular de esta campaña: la guerra de encuestas que se ha desatado. Durante una contienda aparece con normalidad la confrontación de cifras de sondeos de opinión, pero en esta oportunidad esa lluvia de consultas ha pasado a ser un diluvio.
Por lo menos hay 20 encuestadoras que han hecho sus cálculos sobre la intención del voto y las que dan como ganador a Chávez con 20 puntos arriba de Capriles.
Pero se ha tenido mayor respeto a aquellas encuestas en las que Capriles solo está a 5 puntos de Chávez, mientras que otras le dan un margen corto a favor del candidato
de la oposición.
“Se desató una guerra de encuestas que no ha sido propia de nuestro país y uno de los componentes de esas encuestas son las encuestas fantasmas, recién aparecidas”, explicó el politólogo Edgar Gutiérrez.
Capriles es el candidato del partido Primero Justicia, pero también aparece como candidato de otros 13 partidos que cedieron la postulación presidencial a favor de él luego de un proceso de coalición partidaria.
En el caso de Chávez, es el candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela, aunque también otras 11 instituciones políticas accedieron a colocarlo en su casilla presidencial.
Así llegaron estos dos presidenciales a esta campaña en la que o los aman o los odian, porque casi todos en Venezuela han tomado partido en la campaña y el margen de desinterés es muy poco.
“Yo me considero de izquierda, siempre he votado por la oposición y siempre pierdo, hoy voy a votar por Capriles y creo que hoy sí gano”, dice Manuel Fernández, mientras se dirigía a la avenida Bolívar a participar en el cierre de campaña de Capriles en Caracas, la capital venezolana.
Chávez mantiene un caudal político considerable que se basa en los miles de beneficiados de sus programas de asistencia social, proyectos que siempre busca capitalizar para lograr votos.
“Mucha gente vivía en casas en cerros, casa indignas y ahora mucha gente se ha pasado a vivir a edificios que son entregados por el gobierno y eso a los ricos no les ha parecido”, manifestó Luis Gonzales, un taxista que trabaja en el aeropuerto internacional de Maiquetia.
Se calcula que los indecisos representan un 10 por ciento de los casi 19 millones de venezolanos convocados a ejercer el sufragio. Las calles de
Caracas están tapizadas con propaganda de los dos candidatos, pero es la de Chávez la que ocupa mayores espacios, incluyendo megapancartas en las que figura su imagen en primer plano
Enfermedad
Contrario a otras contiendas en las que Chávez tenía presencia constante en distintos puntos del país sudamericano para participar en concentraciones políticas, hoy ese ritmo ha bajo considerablemente para proteger su mermada salud.
El gobernante padece de un cáncer en la zona pélvica y si bien algunos pronosticaban que el carcinoma lo tendría agonizando en este período, muestra fuerzas limitadas para discursar en mitines. Chávez asegura haber derrotado el cáncer.
“(La) enfermedad lo ha limitado muchísimo. Las cifras son elocuentes en cuanto a actos de campaña, sus apariciones son muy pocas, las estimaciones son que en estos tres meses, Chávez ha hecho unos 20 actos de campaña”, remarcó Gutiérrez.
Por el contrario, Capriles ha desarrollado un desplazamiento masivo por Venezuela para promover su campaña.
Parte de la razón de esa prolija presencia política se debe
a que algunos actos políticos de Capriles que se preveían transmitir por radio y televisión han sido boicoteados por Chávez al convocar a cadenas en los momentos en que se había programado la concentración de su contendiente.
“La campana de Capriles ha sido más intensa, de contacto directo y se estima que ha estado en unos 300 pueblos en concentraciones y eso solía ser al revés con Chávez presente en muchas partes”, consideró Gutiérrez, quien también piensa que Chávez se ha desgastado como gobernante por promesas no cumplidas y malas prácticas de administración, como la entrega de petróleo a países miembros de la Alternativa Bolivariana de las Américas (Alba).
¿Qué está en juego?
Para el profesor universitario Herbert Koenike, Venezuela se juega en las elecciones presidenciales la consolidación de un sistema de corte socialista que profesa Chávez y que no ha dado resultados o la desarticulación de este modelo, al menos desde los puestos de control gubernamental.
“Nos estamos jugando la continuidad de un gobierno profundamente incompetente, donde hay muchísima corrupción”, opinó el catedrático.
“En estas elecciones está en juego seguir con un Presidente con un ego inflamado, su narcicismo y que aspira a seguir siendo el gran líder continental”, remarcó.
Criticó que Chávez ha tenido a disposición la mayor cantidad de ingresos por concepto de venta de petróleo, pero hay muchos problemas no resueltos desde que llegó a la Presidencia como el bajo poder adquisitivo, desabastecimientos de los productos de la canasta básica y la inseguridad.
Esto ha provocado que Venezuela pasa de ser un país receptor de emigrantes a un territorio de donde salen venezolanos en busca de mejores oportunidades en el exterior.
Todas estas situaciones ha logrado el crecimiento de la oposición, porque miles de venezolanos “se han sentido engañados”.
Pero Chávez mantiene un “aura de reivindicador” entre los que reciben sus ayudas que le permiten tener un voto duro y con eso le apuesta a seguir en el Palacio de Miraflores por seis años más.
EL HERALDO hizo gestiones para entrevistar al jefe de campaña de Hugo Chávez, Jorge Rodríguez, pero contestó que no podía atender porque tenía varios compromisos y que en el transcurso de la semana podría brindar declaraciones.
¿Por qué es inédita esta elección en Venezuela?
DIFERENCIA
MARGEN. La oposición nunca había estado tan cerca de ganarle las elecciones al presidente Hugo Chávez. Distancia sería menor del 10 por ciento a favor de Chávez, pero la diferencia se acorta.
ENCUESTAS
CIFRAS. Se desató una guerra de encuestas, al menos 20 casas encuestadoras hacen sus proyecciones con resultados abismalmente diferentes. Han aparecido encuestadoras de maletín.
ENFERMEDAD
SALUD. La enfermedad de Hugo Chávez en la zona pélvica le ha obligado a bajar la intensidad de esta campaña política en comparación con otras. La mayoría de apariciones han sido por televisión.
CAMPAÑA
CAPRILES.
El candidato presidencial del Primero Justicia se caracteriza por un masivo recorrido para pedir el voto, ya que muchos de sus mitines no son televisados porque se transmiten cadenas de Chávez.