Tegucigalpa, Honduras
Orgullo, veteranía, responsabilidad o liderazgo son tan solo algunos factores que conlleva a portar el gafete de capitán, y en la Liga Nacional esos brazaletes están unidos por un denominador común: la mayoría están en poder de jugadores defensivos. Unos por su amplio bagaje y otros por decisión técnica, seis de los 10 capitanes son piezas de la parte baja.
Dieciséis títulos ganados, profesional del fútbol desde 2000, mundialista y el ser uno de los pesos pesados del camerino hacen que el brazalete de Olimpia caiga casi por inercia en el brazo del portero Donis Escober.
“Se trata de alguien muy triunfador, que ha ganado muchos títulos acá y eso se tiene que respetar”, reconoce el DT Héctor Vargas al argumentar la inobjetable jefatura del Pimpollo en el 30 veces campeón de Honduras. Aunque no es el más retórico de los capitanes, su pesada hoja de vida habla por sí sola en el campo de juego.
Cuatro son defensas
El otro portero con capitanía es Francisco Panchi Reyes, quien desde la dirección técnica de Airon Reyes ha recibido el honor en el Social Sol, a pesar de tener un torneo en el equipo y contar con solo 27 años.
Pero si desde la portería se ejerce liderazgo, desde la defensa se ejerce todavía más: Juan Pablo Montes lo hace en Motagua, Sergio Mendoza en Juticalpa, Henry Clark en Real Sociedad y Carlos Sánchez en Honduras de El Progreso.
“A Montes yo lo puse, me parece que tiene buena visión de campo; además, es de los que más juega”, aduce el DT del Azul, Diego Vazquez.
El mismo argumento -decisión técnica- respalda las capitanías del Mango Sánchez y Clark, mientras que la jefatura de Mendoza obedece a sus 15 años en la LNP y haber sido mundialista con Honduras.
Solo un delantero
Dos porteros y cuatro defensas engrosan un selecto grupo que está completado por tres volantes (Edder Delgado en Real España, Mario Berríos en Marathón y Edgar álvarez en Platense) y un delantero (Jerry Palacios en Vida).
Más de 300 partidos oficiales le dan la cinta al Camello en la Máquina, en tanto que en el Verde el honor lo tiene un Mario Berríos que tiene 35 años y que ha estado presente en seis de los ocho títulos ganados por el Monstruo en la LNP.
Si hablamos de años y de logros, allí está Edgar. Su gafete va más allá de sus 37 años: debutó en el Tiburón en los 90, tiene cinco finales, jugó en el exterior varios años (Uruguay, Italia y Rumania) y fue mundialista en Sudáfrica 2010. Y si de mundialistas se trata, Jerry se ampara en su veteranía para ser el jefe del Rojo y además el único delantero en llevar el gafete en un equipo de la Liga Nacional.
Ellos son los 10 capitanes que portan un brazalete tan simbólico como útil: desde llevar la voz cantante en el vestuario hasta tener el privilegio de poder hablar con el árbitro sobre algunos aspectos del juego.