TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Un hecho histórico se registró la tarde de pasado domingo cuando la árbitra
Melissa Pastrana tomó el mando del clásico más reñido en Honduras.
El empate de 0-0 entre Olimpia y Motagua dejó satisfechos a la mayoría de los periodistas y analistas deportivos, quienes avalaron el desempeño de Pastrana en el estadio Nacional de Tegucigalpa.
Sobre su participación en el partido, el periodista Nahúm Gabriel Valladares comentó: 'Soy partidario de la igualdad de géneros y su trabajo lo analicé como el de cualquier otro árbitro, con sus aciertos y errores'.
Eduardo Atala, uno de los presidentes de Motagua, dijo que la galena tenía un gran futuro como árbitro.
Mientras que el exárbitro mexicano, Felipe Ramos Rizo, no fue tan condescendiente con la hondureña, pues mencionó en su cuenta de Twitter, que Melissa Pastrana cometió una equivocación al no expulsar a Elmer Güity en una dura entrada a Kevin López.
En general han visto a bien la inclusión de una mujer en el torneo de la Liga Nacional, donde la jueza se mantuvo cerca de las jugadas y supo mantener su autoridad en el clásico que ofreció más infracciones que goles.
El empate de 0-0 entre Olimpia y Motagua dejó satisfechos a la mayoría de los periodistas y analistas deportivos, quienes avalaron el desempeño de Pastrana en el estadio Nacional de Tegucigalpa.
Sobre su participación en el partido, el periodista Nahúm Gabriel Valladares comentó: 'Soy partidario de la igualdad de géneros y su trabajo lo analicé como el de cualquier otro árbitro, con sus aciertos y errores'.
Eduardo Atala, uno de los presidentes de Motagua, dijo que la galena tenía un gran futuro como árbitro.
Mientras que el exárbitro mexicano, Felipe Ramos Rizo, no fue tan condescendiente con la hondureña, pues mencionó en su cuenta de Twitter, que Melissa Pastrana cometió una equivocación al no expulsar a Elmer Güity en una dura entrada a Kevin López.
En general han visto a bien la inclusión de una mujer en el torneo de la Liga Nacional, donde la jueza se mantuvo cerca de las jugadas y supo mantener su autoridad en el clásico que ofreció más infracciones que goles.