Lo curioso es que ese gol no fue en la cancha. El Balín, el Demonio... el Negro, convenció al Bambino que tenía los 'güevos' bien puestos desde que se bajó del avión en el aeropuerto de Buenos Aires (Ezeiza).
Sí, a todos en el Cuervo se les olvidó en ir por Bennett, el goleador hondureño que llegó en el 93 justo para salir campeón en 1995 y que según el mismo declaró en varias entrevistas en Argentina, le tocó pagar un precio 'por ser negro'.
Pues bien, aquella vez que Eduardo llegó a Buenos Aires, recorrió nada menos que Buenos Aires de extremo a extremo. Ayudados por Google Maps en este espacio podemos ver que en aquel 1993 no era nada fácil tomar un taxi desde Ezeiza hasta Vicente López, lugar donde San Lorenzo entrenaba cada mañana.
No por nada que el Bamnino le dijera: 'Ya triunfaste, quedate tranquilo. Sos un monstruo'.
Acá cómo la contó el hondureño en el diario Olé de Argentina en una entrevista a Diego Paulich. 'Cuando bajé del avión, nadie me fue a buscar. Entonces, sin conocer nada, agarré mi maleta, me subí a un taxi y le dije que me llevara a San Lorenzo. Cuando llegué, el Bambino me miró y me dijo 'Eduardo, si llegó solo hasta acá, quédese tranquilo que ya triunfó'. Eso sí, el taxista que me llevó ese día me robó. ¡100 dólares me cobró! Fue el taxi más caro de mi vida'.
Eduardo Bennett jugó con San Lorenzo y marcó 18 goles en 47 partidos saliendo campeón en 1995. Luego fue a Argentinos Juniors para hacer 46 goles y seis más Quilmes. Goleador puro también en Honduras y México (Cobras). Recordado por ser fuerte y dejar un par lesionado pero más por su carisma.
Y como vieron antes en el vídeo, el Bambino lo remató así: 'Eduardo, un monstruo. Humildad total, un triunfador'.