TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El técnico hondureño, Carlos Padilla, rompió el silencio y habló por primera vez del incidente que le costó el despido del equipo Sabá FC de la segunda división tras haber sido acusado de agredir a un futbolista.
El “Chato” para comenzar negó que haya sido una agresión, la que se dio cuando en un partido que perdieron 2-1 contra el Alvarado de La Ceiba llamó al futbolista Yosimar Orellana y tras darle indicaciones en un video difundido se puede observar que le lanza un manotazo en la nuca.
Por ese motivo la directiva del equipo Sabá decidió despedir a Padilla, técnico que hace un año ascendió al Victoria de la segunda a la primera división.
DECLARACIONES DEL CHATO PADILLA
“Aveces es bueno escuchar las dos partes, solo han escuchado una y me han matado, pero también se entiende. Uno debe estar preparado para este tipo de cosas porque en realidad no ha pasado nada”, declaró el exfutbolista.
Añadió que desde siempre el futbolista hondureño no se preparó para ganar, no es profesional pero sí cobra como profesional, “entonces nosotros todos los días tenemos que buscar eso, tratar que el futbolista sea profesional, procurar buscar un nivel de exigencia para que dé lo mejor de él, entonces una puede caer a este tipo de situaciones”’ declaró.
Asegura el exportero que siempre ha tratado de inculcarle al futbolista un comportamiento profesional pero cuesta un poco que ellos lo entiendan.
El exjugador del Victoria y del Correcaminos de México, dice que ha tenido la fortuna de tener éxito como jugador y entrenador, entonces ha querido transmitirle a sus dirigidos valores que los lleven a triunfar.
“Pero la disciplina no le gusta al futbolista, también le cuesta la concentración en los partidos, la parte mental. A uno le duele en el corazón cuando pierde un partido por esos motivos, me tocó sufrirlo cuando dirigía al Lone en la final ante Potros. En Juticalpa hicimos la hombrada con todo y un montón de cosas que nos pasaron en contra, en un pelotazo de un saque del portero nos marcan el empate 2-2. Todo pasa por la desconcentración”, indicó.
Recordó que Yosimar es el capitán del equipo y el técnico siempre tiene la confianza de exigirle más a los capitanes.
“Yo creo que el incidente se magnificó mucho, han pasado cosas peores en un partido de fútbol, aveces se van a los golpes y es parte dé, aunque no quiero justificar mi comportamiento. Soy humano. Lo bueno es que me quedó una enseñanza, cuando uno es inteligente saca un buen diagnóstico o conclusiones de ese tipo de cosas”.
El extécnico del Villanueva reconoció que “yo soy responsable del acto, no era lo que debía haber hecho pero cuando uno confía en las personas puede pasar eso. Lo sucedido debo reconocer que me dejó una enseñanza”.
Explica que el hecho sucedió cuando llamó a Yosimar para decirle que corrigiera porque estaba tomando la marca equivocada.
“Cuando yo le estoy hablando que corrija, Yosimar está viendo para la grada, le tiro el brazo para despertarlo, para que se concentre. En ese partido estábamos jugando la vida y si él me hubiera prestado atención no hubiera pasado nada. Pero tampoco le pegué un golpe, nada que ver. Era un partido bravo y por una desconcentración lo perdimos, pero no lo culpo a él”, mencionó.
El entrenador catracho, que también ha dirigido al Juticalpa y Atlético Santa Cruz, asegura que ha pasado cosas peores en el fútbol, incluso se levantó después de sufrir fracturas cuando jugaba.
“Esto no me va a matar, yo he vivido cosas terribles en el fútbol. Me toca levantar cabeza y echarle para adelante. Solo me toca aprender porque repito, mi actitud no la voy a justificar”.
¿Pero reconoces que te equivocaste o no?, se le consultó y respondió:
“Si yo no reconociera o recapacitara en este momento que me equivoqué estaría mal, no debí actuar así, pero solo los que jugamos fútbol me van a entender. Yo tuve gente que me enseñaron a pelearlas todas, entonces por eso a la institución que voy la defiendo hasta con la vida. A los entrenadores se nos exigen resultados, vivimos de resultados, la maleta siempre la tenemos de frente, buscamos esos resultados con trabajo pero en la cancha dependemos de los jugadores”, ´puntualizó.
Relató que después del hecho se saludó con el jugador en la cancha en un entrenamiento,
“le dije que si él creía que lo había ofendido yo le ofrecía disculpas. No pasó nada, Yosimar es un buen tipo, un hombre de Dios. Uno anda con la temperatura alta, nos es fácil estar en los zapatos del entrenador. Ese día del suceso era un viernes y el jueves se me habían metido a mi casa los ladrones”.
Padilla dice que es de los entrenadores que le exige trabajo y resultados a los jugadores pero también pelea con los directivos para que se le paguen sus salarios.
El exentrenador del Parrillas One reconoce que se fue con mucho pesar del equipo porque con los futbolistas habían acordado poner todas sus fuerzas para lograr la clasificación.
“El presidente del club tomó la decisión de separarme, él pone la plata, sabe lo que hace, no me quedó otra que respetar porque no me puedo echar a llorar”.
El coloneño expresa que por único que se le puede cuestionar es porque es persistente y trabajador, porque le gusta ser campeón.
“Yo ocupo que el jugador me rinda, pero lo primero que les exijo es que estudien y sean buenas personas, luego pienso en su parte como futbolista. Les enseño que se alimenten bien, se cuiden y se vitaminen. Solo puedo tener problemas con el haragán porque tuve maestros como Chelato Uclés, Julio González, Manuel Keosseián y Maño Ruiz que me enseñaron a ser exigente y perfeccionista. Soy de los que busco el éxito con resultados y si pierdo un partido me sacudo, me levanto y le doy con más fuerza “
Recordó que los técnicos que lo dirigieron tenían un gran nivel de exigencia, que cuando agarraban un jugador que cometió un error capaz lo ahorcaban, pero aveces es así cuando el jugador da más en ese nivel de exigencia.
“Soy una persona intensa, soy intenso, soy intenso”, manifiesta invitando a que si alguien quiere reírse que vaya a ver sus entrenamientos, asegura que cuando el jugador no puede hacer algo él le da el ejemplo.
“Yo al principio no le di bola al incidente, me cayó el veinte hasta que me dijeron que un periodista lo puso en un estado de redes sociales. Es difícil, nos ha pasado a todos, pero no he hecho nada, me sintiera mal si nos hubiéramos ido a los golpes. Una vez estando como preparador de porteros en Marathón sí me expulsaron porque me confronté con un gringo del Puerto Rico que me dijo que le besara los testículos. Durante dirijo en segunda división una vez me han expulsado, me metí a la cancha porque dieron 10 minutos de tiempo extra”.
¿Te sorprendió que la directiva te despidiera?,
”Sí, me sorprendió, en todo sentido. Lo que pasa en un partido, en el camerino, en el bus y en dogaut es responsabilidad del técnico. Solo uno sabe lo que hace y planea pero por eso tenemos el problema que el directivo también quiere ser entrenador, quiere ser ejemplo”.
Y añadió: ”Todos conocemos la cultura nuestra, a veces el futbolista hondureño quiere que le den con un palo en la cabeza, pero hasta la biblia dice que al caballo se le da con un látigo, al burro se le pone freno y al desobediente se le pega con un palo. Por eso hoy tenemos una generación de jugadores de cristal y sufrimos con la Selección, no se le da responsabilidades ni se le enseñan las cosas como tienen que ser, tienen que tener disciplina y pasión si quieren trascender. Los futbolistas tienen la cabeza en otro mundo, están más pendiente del celular, del pelo, de Victoria Secret, entonces eso aveces a uno lo puede hacer perder la cabeza”.
Padilla aceptó que está molesto con los que lo han cuestionado porque asegura que su familia lo ha sufrido.
“Yo aguanto con todo. Fui a jugar a México con grandes entrenadores y no me fue bien porque jugaba en mi Selección o en un equipo grande como Marathón Real España, Olimpia o Motagua, yo iba del Victoria. En México me preguntaban que dónde quedaba Centroamérica, soy un chaparro de 1.72 de estatura, que no fui a México a ver si me daban chance, fui titular y figura después que me decían que no iba a jugar fútbol, pero hice un gran esfuerzo. Mi vida ha sido de lucha, después de Dios y el apoyo de mi familia, a mis 54 años, nadie me ha regalado nada. No me va a importar si me apedrean o me golpean, tengo que levantarme, no tengo mucho tiempo”.
¿Y pudiste despedirte del presidente?:
”No pude, antes de eso hasta nos enamorábamos todos los días, nos mandábamos corazones, pero ese día nos mandamos rayos, él no escuchó la otra parte, mi parte”.
Trajo al recuerdo que siempre ha sido víctima de la especulación, como cuando estuvo dirigiendo al Victoria.
“Cuando me sacaron de ese equipo dijeron que era yo el que no había querido pedir jugadores pero yo tenía la lista de los que pedí, no los contrataron, todo eso me lo comí pero ahí no había ni uniforme de entreno, ni dinero para contratar jugadores, cargaban con dos demandas, no podían ni inscribir al equipo. Victor Kawas me ayudó, por él existe el Victoria ahora. Para que una estrella brille quieren apagar otra, pero estoy fuerte, esto para mí es como pelar un mínimo y comérmelo”.
¿Cuándo dices que te han matado que quieres decir?
“Es que me han juzgado mal. Varios Pepito se han querido hacer famosos con eso en las redes sociales. Mi vida siempre ha estado en la crítica, por eso es que soy fuerte, si fuera débil ya me hubiera pegado un tiro. En su momento me quise hasta suicidar, me acuerdo una vez que me dijeron hasta de lo que iba a morir, caí en depresión, me puse una pistola en la cabeza y me quise matar. Lo que me pasó me ha hecho sentirme impotente pero también me ha servido para sanarme conmigo mismo, seré más selectivo con mis amigos “.
¿Crees que este problema afectará tu imagen?
”Siendo realista y no reactivo, obvio que afecta, ni hablar de nuestro medio que hay gente muy emotiva que se deja llevar más por los que dice la gente y no por la esencia. Ya he tenido tres propuestas de trabajo pero las he rechazado porque sus equipos están en competencia y hay un colega dirigiendo, les dije que hasta termine el torneo podré hablar con ellos, no lo puedo hacer ahora porque tengo ética y me enseñaron a honrar esta profesión. Yo no vivo de glamour, si me toca agarrar un machete para chapear solares o trabajar en una bodega lo haré, no me da pena”, concluyó.