Sufrió, pero Eddie Hernández llegó para poner las cuentas claras. Cuando el Rojo se sentía ganador, el Ciclón supo encontrar el 2-2 en el último suspiro, gracias al cañonero del Aguán, para redondear una gran noche del equipo de Pepe Treviño.
Motagua, amo y señor...
Si la posesión de la pelota era exclusiva del Motagua, la inyección letal la suministraba el Rojo. Al 25, tras un zurdazo rasante del Chino Discua que contuvo Yull Arzú, el conjunto de Carlón Martínez dio una lección de cómo contragolpear: Cholbin Martínez vio libre a Elmer Zelaya y el Tambito definió perfecto, a lo Radamel Falcao. Se quitó dos marcas con un recorte y de zurda venció a Morales.
Antes y después del gol, el Ciclón se hacía sentir, aunque el Chino y el Lobo no podían vencer la resistencia de Arzú. Motagua, con una gran producción de Amado, imponía su jerarquía y los hombres del Cocotero se atrincheraban bajo la bandera de la unidad y bajaban el ímpetu de los Azules; pero Pepe Treviño sacó un as debajo de la manga y mandó a la cancha a Eddie Hernández, el cañonero del Aguán que ocupaba el Ciclón. Rápido, al 52, el ex-Platense se encontró con una pelota enviada por César Oseguera y, de media vuelta, vacunó a Arzú. Se hacía justicia en la bonita grama del Ceibeño...
Claro. Elmer Zelaya no creía en justicias y, a nuevo servicio de Cholbin Martínez, la mandó a guardar al 59. Motagua seguía siendo más peligroso, pero Vida más efectivo.
Hasta el minuto final...
Volcado en busca de la igualada, otra vez llegó la mejor conexión del Mimado: César Oseguera encontró a Eddie Hernández, quien conectó de cabeza, inapelable, para que el marcador reflejara un score más justo. Y el Azul ya piensa en el derbi ante Olimpia...