TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Comenzó ganando oro y terminó logrando plata. De querido pasó a ser odiado. Y de inexperto se convirtió en alguien experto.
Recordar los títulos que ganó Motagua en diciembre de 2014 a mayo de 2019 es conocer el legado de Diego Vázquez, quien el domingo 27 de este mes terminó su etapa como entrenador luego de ocho años, tres meses y cinco días al frente del segundo equipo más ganador de Honduras.
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Atrás quedó una idea de juego implantada por él, usada en casi todos sus partidos, pero tan efectiva que le permitió ganar no solo encuentros, también campeonatos: un centro desde la banda derecha y un golpe de cabeza al balón que culminaba dentro de la portería.
“Todos sabemos del estilo de juego de Diego en Motagua, pero siempre logra hacerlo, de la misma manera, los goles a sus rivales”, decía un comentarista deportivo de una radio de Tegucigalpa tras un gol del delantero Rubilio Castillo producto de una asistencia del volante Wilmer Crisanto en 2017.
Y Vázquez, que sabía del potencial de su estrategia, también reconocía que “cuesta mucho lograr una idea”, por lo que es necesario “potenciar y afinar los detalles en los que fallamos”.
Vázquez asumió la dirección técnica de Motagua cuando tenía un poco más de 43 años, en un desafío que requería de precisión quirúrgica: él no tenía ningún tipo de experiencia como orientador y el Azul terminó el campeonato Apertura 2013 en noveno lugar de diez equipos.
“Me preparé en Argentina durante dos años. Estoy preparado, tengo los conocimientos y lo voy a demostrar durante el torneo”, dijo aquel viernes por la tarde del 22 de noviembre de 2013, cuando fue presentado en sustitución del serbio Risto Vidakovic.
Su cuerpo técnico fue integrado por el hondureño Nimrod Medina, como asistente técnico, y el argentino Patricio Negreira, como preparador físico, ambos exfutbolistas del Mimado, al igual que Vázquez.
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Con Motagua fue portero en las temporadas de 1997 a 2000 y de 2001 a 2002, ganando cinco campeonatos.
Y como estratega transformó a Motagua, que vivía en la penumbra hasta posicionarlo entre lo más alto de los torneos locales e internacionales, algo que el equipo capitalino no estaba acostumbrado.
Sus posiciones eran inconstantes. Por ejemplo, en el Apertura 2012 fue tercero y en el Clausura 2013 fue séptimo.
Y en lo internacional no fue la excepción porque en su historia solo cuenta con un título, que es el de Uncaf, ganado en 2007 bajo las órdenes de Ramón Maradiaga.
Como DT Vázquez clasificó a once finales del campeonato hondureño, de las que perdió seis, como un buen ganador de los segundos lugares, y solamente ganó cinco, mientras que en el ámbito internacional se postuló tres, pero ninguna conquistó.
En total disputó 14 finales, perdiendo el 64%, que se traduce en copas de plata y obteniendo el 36% en copas de oro.
Presencia con poca eficacia
Fue hasta su segunda competencia (torneo Apertura 2014), luego de haber quedado en quinta posición en su primer torneo, que Vázquez alzó la copa de campeón gracias a haber vencido 2 a 1 en el global al modesto Real Sociedad.
Desde esa edición, a excepción de siete campeonatos, disputó todas las finales nacionales.
Según aficionados motagüenses “los números de Vázquez no son malos si tomamos en cuenta que Motagua antes de él peleaba por no descender y luego hacía un buen campeonato”.
De lo que Vázquez sí podrá alardear como lo máximo conseguido en su carrera es que logró dos bicampeonatos, el último (Apertura 2018 y Clausura 2019) ganados a pulso ante su más enconado rival: Olimpia.
Pero fuera de Honduras tampoco pudo ganar nada en las tres veces que tuvo la oportunidad: 2018, 2019 y 2021.
Las primeras dos finales de Liga Concacaf cayó ante los ticos Herediano y Saprissa en Tegucigalpa, y la más reciente ante el guatemalteco Comunicaciones.
Viendo cómo Olimpia ensanchaba su historia doméstica y con la espina de su acérrimo rival es el único que posee un título de Liga Concacaf, la afición motagüense explotó en contra de Vázquez.
Durante 2021 la tensión estuvo presente, pero a finales, tras el tetracampeonato del Albo, la derrota ante Comunicaciones y la humillante derrota de 5 a 0 ante Seattle Sounders en los octavos de final de la Liga de Campeones fueron los elementos que sentaron un precedente.
La directiva de Motagua oficializó que Vázquez sería cesado después del partido del domingo, el que ganó 2 a 0 ante Platense en el Estadio Nacional, un recinto que estuvo vacío en la despedida del hombre que cambió la irregularidad en constancia.
A Vázquez lo podrán cuestionar por hablar demás, de altivo o de prepotente, pero lo cierto es que fue el técnico más exitoso en la historia de Motagua, sea antigua o moderna.
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