LONDRES.- El técnico
Luis Enrique se tomó unos segundos y miró fijo al periodista que le había preguntado si había visto un equipo mejor que
España en la
Eurocopa, para luego responder con un seco “no”.
Tal vez pensó en el hecho de que España es el equipo que más goles ha anotado en el torneo. O en que lleva una racha de 13 partidos invicto.
Su rival del martes, sin embargo, no se queda atrás.
Italia llega a la semifinal en el estadio Wembley con una racha de 32 partidos sin perder, que empezó en septiembre de 2018.
Y ha causado una excelente impresión en el torneo, con tres victorias contundentes en la fase de grupos, un peleado triunfo ante Austria en octavos de final y dejando en el camino a Bélgica — al número uno de la clasificación mundial — en cuartos.
Tal vez Luis Enrique no se ha dado por enterado, pero Italia está pasando por encima a sus rivales.
Será un duelo entre dos equipos que ya ni se acuerdan lo que se siente al perder un partido. Después de todo, España perdió uno solo de sus últimos 29 encuentros.
Italia, no obstante, asoma como favorito, superior en ambos extremos de la cancha.
El técnico Roberto Mancini hizo grandes cambios desde que asumió su dirección en mayo del 2018, imponiendo un estilo dinámico, ofensivo y de marca a presión.
La defensa no necesita presentación. Es comandada por la dupla de Juventus integrada por Leonardo Bonucci y Giorgio Chiellini, quienes juegan juntos desde hace más de una década, encajando solo dos goles en lo que va del torneo.
La zaga de España, en cambio, incluye a un Aymeric Laporte que hace poco cambió de nacionalidad futbolística, renunciando a la francesa, y que todavía está conociéndose con sus compañeros.
El centrodelantero español Álvaro Morata sigue frustrando a su afición y Luis Enrique todavía no tiene gente fija para los flancos del ataque. Mancini, en cambio, cuenta con una dupla ofensiva intocable, la de Ciro Immobile y Lorenzo Insigne.
El mediocampo asoma como la zona más equilibrada y la que podría marcar el rumbo del partido. Los “azzurri” Jorginho, Nicola Barella y seguramente Marco Verratti se fajarán con Sergio Busquets, Pedri González y Koke.
Ninguno de los dos había llegado tan lejos en un torneo grande desde 2012, en que España despachó a Italia 4-0 en la final en Kiev. Bonucci y Chiellini estuvieron en ese partido, lo mismo que los españoles Busquets y Jordi Alba.
Es posible que España tenga más la pelota, aunque no tanto como en otros partidos, y que Italia lance veloces contragolpes, tratando de ganarle la espalda a un Busquets ya entrado en años y de explotar lagunas en el centro de la defensa española.
En caso de ganar España, jugaría su tercera final en las últimas cuatro ediciones del Euro, que ganó en 2008 y 2012 con la generación encabezada por Xavi y Andrés Iniesta.
Tal vez pensó en el hecho de que España es el equipo que más goles ha anotado en el torneo. O en que lleva una racha de 13 partidos invicto.
Su rival del martes, sin embargo, no se queda atrás.
Italia llega a la semifinal en el estadio Wembley con una racha de 32 partidos sin perder, que empezó en septiembre de 2018.
Y ha causado una excelente impresión en el torneo, con tres victorias contundentes en la fase de grupos, un peleado triunfo ante Austria en octavos de final y dejando en el camino a Bélgica — al número uno de la clasificación mundial — en cuartos.
Tal vez Luis Enrique no se ha dado por enterado, pero Italia está pasando por encima a sus rivales.
Será un duelo entre dos equipos que ya ni se acuerdan lo que se siente al perder un partido. Después de todo, España perdió uno solo de sus últimos 29 encuentros.
Italia, no obstante, asoma como favorito, superior en ambos extremos de la cancha.
El técnico Roberto Mancini hizo grandes cambios desde que asumió su dirección en mayo del 2018, imponiendo un estilo dinámico, ofensivo y de marca a presión.
La defensa no necesita presentación. Es comandada por la dupla de Juventus integrada por Leonardo Bonucci y Giorgio Chiellini, quienes juegan juntos desde hace más de una década, encajando solo dos goles en lo que va del torneo.
La zaga de España, en cambio, incluye a un Aymeric Laporte que hace poco cambió de nacionalidad futbolística, renunciando a la francesa, y que todavía está conociéndose con sus compañeros.
El centrodelantero español Álvaro Morata sigue frustrando a su afición y Luis Enrique todavía no tiene gente fija para los flancos del ataque. Mancini, en cambio, cuenta con una dupla ofensiva intocable, la de Ciro Immobile y Lorenzo Insigne.
El mediocampo asoma como la zona más equilibrada y la que podría marcar el rumbo del partido. Los “azzurri” Jorginho, Nicola Barella y seguramente Marco Verratti se fajarán con Sergio Busquets, Pedri González y Koke.
Ninguno de los dos había llegado tan lejos en un torneo grande desde 2012, en que España despachó a Italia 4-0 en la final en Kiev. Bonucci y Chiellini estuvieron en ese partido, lo mismo que los españoles Busquets y Jordi Alba.
Es posible que España tenga más la pelota, aunque no tanto como en otros partidos, y que Italia lance veloces contragolpes, tratando de ganarle la espalda a un Busquets ya entrado en años y de explotar lagunas en el centro de la defensa española.
En caso de ganar España, jugaría su tercera final en las últimas cuatro ediciones del Euro, que ganó en 2008 y 2012 con la generación encabezada por Xavi y Andrés Iniesta.