Tegucigalpa, Honduras
La emoción le pasó factura a Diego Vazquez al momento en el que celebraba el gol del empate de Motagua ante Olimpia en el duelo de semifinal.
Justo en el instante en el que el balón lanzado por Walter Martínez entró en la meta defendida por Donis Escober, Diego se redirige hacia donde estaba su cuerpo técnico, pero al momento de extender los brazos y gritarlo efusivamente, se logra deslizar.
La emoción le pasó factura a Diego Vazquez al momento en el que celebraba el gol del empate de Motagua ante Olimpia en el duelo de semifinal.
Justo en el instante en el que el balón lanzado por Walter Martínez entró en la meta defendida por Donis Escober, Diego se redirige hacia donde estaba su cuerpo técnico, pero al momento de extender los brazos y gritarlo efusivamente, se logra deslizar.
En ese momento, Diego cae con los brazos abiertos a la espera de que lleguen sus compañeros a abrazarlo, pero no deja de sonreír por la alegría que le generó el gol de su jugador, que lo tiene en la gran final del fútbol hondureño.