TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Desarrollando un trabajo muy sutil y aparentemente muy poco visible en los medios de comunicación en Honduras, Marvin Ávila puede decir con toda seguridad que ya pasó por todas las facetas del periodismo deportivo.
Radio, televisión, prensa escrita y todas las herramientas que la era digital le presenta, el periodismo se ha convertido en la forma como Marvin se gana la vida disfrutando “el mejor oficio del mundo”, según así lo ratificó Gabriel García Márquez hace muchos años.
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El comunicador sampedrano conversó con EL HERALDO para contar los momentos más icónicos de su vida en una entrevista exclusiva para el segmento más esperado de la semana: la Calculadora Deportiva.
Su origen
Nacido en San Pedro Sula, Marvin creció junto a sus 6 hermanos -tres de parte de papá y tres más de su progenitora- en la colonia Fesitranh, jugando fútbol como todo cipote en Honduras.
Además, formó parte de la escuela Centenario, donde no tuvo mayores problemas a la hora de la merienda, puesto que su madre -Maira Hernández- tenía una cafetería en dicha institución educativa. “No hubo problema jajaja...no comíamos lo que queríamos, ella nos ponía el límite”.
El béisbol fue parte de la infancia de Marvin. Sin embargo, el fútbol y además su madre, le orillaron a este hobby que aún disfruta a sus 37 años de edad.
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Pero el sueño de batear lo cambió por el fútbol, sus amigos lo sedujeron hasta formar parte de las reservas del Club Deportivo Olimpia en San Pedro Sula. “En las reservas no era uno de los mejores, jugaba como lateral derecho...pero la escuela me destacaba un poco más. Hice la categoría infantil (14 años) no perseveré tanto porque no creía que era tan bueno, creo que era un jugador normal. No vivo con el dolor de haber sido futbolista”.
Marcado muy joven
Por otra parte, la muerte de su padre -Alfonso Ávila- cuando tenía solo 15 años, también fue otro elemento para que no siguiera jugando e intentando destacar en el fútbol, ya que según confesó a EL HERALDO le tocó ayudar a su querida madre con las ocupaciones que ya no eran cubiertas por el jefe de la casa.
Nace un sueño en los medios
Al convertirse en un hombre maduro tras la ausencia de su padre, Marvin comenzó a soñar en grande y le gustó la idea de ser periodista, a tal grado que el mismo se entrevistaba simulando ser uno de los mejores reporteros de esa época.
“Recuerdo que en un campamento evangélico en unas tiendas de campaña, yo narraba como que lo hacía para radio...la mamá de uno de mis amigos me dijo: “Pucha, a usted le gusta”, y así fue como el mundo se empezó a dar cuenta del potencial que tenía aquel joven que apenas había desarrollado en la adolescencia.
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También nos contó que “Salvador Nasralla era el estandarte principal en el periodismo”. Sin embargo, era fiel seguidor de otro staff deportivo. “Miraba mucho el programa de Todo Deportes. Admiraba mucho a: Mauricio Kawas, Nahún Valladares, Carlos Gris y Juan Carlos Pineda, que lo tuve como compañero en Televicentro, es una buena persona. Para mí ha sido el mejor programa en la televisión que ha existido “.
Primeros pasos en el periodismo
Pero el turno le llegó a Marvin, aquellos que eran sus referentes, finalmente terminó siendo parte del selecto grupo de periodistas deportivos que informan todos los días sobre los acontecimiento más destacados de Honduras y el mundo.
Su primeros pasos fueron en Diario La Prensa y posteriormente en Diario Deportivo Diez, coberturas como el Super Bowl en Estados Unidos, eliminatorias mundialistas que le permitieron viajar a Jamaica y Colombia han sido algunos de los eventos que más le han marcado en su carrera.
También ha vivido muchos torneos de Liga Nacional de Honduras en casi dos décadas de carrera periodística en Honduras.
Salida inesperada
Liderando varios proyectos digitales en Televicentro y además hasta llegó a narrar partidos de televisión con los referentes del canal, Marvin Ávila le agarró por sorpresa su salida hace algunos meses, quien compartió su pesar por la decisión.
“Fue algo inesperado porque teníamos muchos proyectos, cosas que habían salido de ideas, parte del liderazgo que tenía en la mesa digital eran ideas que propusimos...fue de la noche a la mañana que se me dijo de mi salida, faltó un poco de lealtad para comunicarlo, causó algunas molestias”.
Ahora de retorno a su casa, Diario Deportivo Diez, Marvin ya hace ruido con sus contenidos digitales y disfruta una nueva etapa en su carrera periodística.
Pero a pesar de que gran parte de sus horas transcurren frente a una computadora y algunas veces en transmisiones en las redes sociales, Marvin le agradece todos los días a su creador por iniciar una nueva jornada.
“Nunca me acuesto sin hacer una oración, no soy un cristiano ejemplar; la verdad soy un pecador...siempre tengo la fe en Dios que llegará un momento que tendré la oportunidad de servir mejor de la forma que él se merece”.
Movido por su fe y su deseo de trascender en el periodismo deportivo, Marvin tiene muchos sueños en la vida, pero el que más le motiva es narrar un día el Super Bowl estadounidense, sueño que podría cumplirse en un futuro quizás no muy lejano.
