Venido al mundo hace 57 años en Cali y nacionalizado hondureño hace seis, luego de clasificar a la H a un mundial de fútbol después de 28 años, Reinaldo Rueda se podría convertir esta noche en el tercer entrenador colombiano en ganar la Copa Libertadores de América, tras Francisco Maturana (1989, con Nacional) y Luis Fernando Montoya (2004, con Once Caldas).
A las 6:45 de la tarde (por FOX Sports), el Atlético Nacional del Doctor Rueda recibe en el Atanasio Girardot a la revelación del campeonato, el ecuatoriano Independiente del Valle, una vez que ambos elencos empataran 1-1 en la ida jugada en Quito la semana pasada.
Es una de las noches más importantes para este personaje que asumió en la Bicolor allá por febrero de 2007 y que, según cuentan sus amigos y familiares, es un perdido amante del acordeón, instrumento insigne del vallenato, el género musical del Caribe de Colombia que conoció cuando a los cinco años sus padres se mudaron a Barrancabermeja.
'Allí lo agarró el bichito del vallenato', cuenta la periodista deportiv a Alejandra Rueda, la mayor de los tres hijos que tiene con Genith Ruano, con quien se casó hace unas tres décadas.
Por consejo de un 'maestro' de ese ritmo, compró un acordeón en Alemania que, de acuerdo a la confesión de sus conocidos, ha pasado más tiempo guardado y viajando que produciendo sonidos; su amigo Carlos Velasco, PF del Verde y excompañero de fórmula de Rueda en Honduras, contó en Antena 2 de Colombia que 'el problema es cuando le da por tocarlo... es mejor que se dedique a entrenar', advierte, antes de soltar una carcajada.
Según dijo, las dotes musicales de Rueda se limitan a repicar en reuniones sociales las notas de 'La gota fría', la canción que Carlos Vives hizo mundialmente famosa.
Licenciado en Educación Física, con un posgrado en la Escuela Superior de Deportes de Alemania, quizá la música no sea su máximo potencial como lo es su facilidad para manejar grupos.
'Le gustan los libros de psicología y de motivación', afirmó Alejandra, al tiempo que Carlos Velasco suma: 'Tiene una capacidad de análisis única, con un gran poder de conformación de equipos. Él prioriza el ser humano y lo colectivo'.
Y si su aura de hombre bueno lo acompaña a donde sea que vaya (dirigió todas las categorías de la selección Colombia, desde Sub 17 a mayor, y a los clubes locales Cortuluá, Medellín y Cali, para obtener con Nacional el título del torneo Finalización 2015 y la Superliga en 2016), el mundo del fútbol bien lo podría recordar eternamente como 'el formador' o 'el descubridor' de nuevos talentos; ya lo hizo en Honduras, cuando de repente sacó al estrellato al desconocido de la MLS, Roger el Chino Espinoza.
Antes, en Cortuluá, vio potencial defensivo en un juvenil que jugaba como delantero. Pese a la resistencia inicial del muchacho, insistió en su idea y la historia le dio la razón: Mario Alberto Yepes se convirtió en uno de los mejores zagueros del balompié colombiano.
'Es un formador y trata de dar confianza al jugador, de ser muy cercano, uno hablaba cualquier tema con él', relató a AFP el volante Abel Aguilar, uno de los baluartes de la selección Colombia que logró el tercer puesto en el Mundial Sub 20 de Emiratos Árabes en 2003, bajo el mando de Reinaldo Rueda.
En Atlético Nacional también ha dejado su huella, consolidando a jóvenes promesas como Marlos Moreno, Sebastián Pérez y Dávinson Sánchez, todos titulares que, esta noche, podrían conferir al Doctor la categoría de inmortal de la historia del Verde de la Montaña.
