Adobada su piel con un perfecto sistema inmunológico a las críticas, a Luis Fernando Suárez no habrá que pedirle que sonría, habrá que esperar que este medellinense de 53 años lo haga espontáneamente. Y a veces pasa. ¿Real Salt Lake o Seattle para jugar ante EE UU la vuelta?
“Ninguna de las dos las conozco, así que cualquiera me sentaría bien... ¡ja, ja, ja!”.
Suárez enseña los dientes como las costillas un tipo de pocas carnes que merodea la Villa Olímpica. Se lo nota distendido, relajado, por más que en la charla sin grabador acepta que “ya tengo más canas aquí arriba”.
Se toca su ondulada cabellera y no para de hablar. Ni siquiera porque el sol de las 11:00 de la mañana no perdona a seleccionadores nacionales, fotógrafos ni periodistas. Se viene México y tampoco se alarma. “No puedo pensar ni siquiera en la posibilidad de entrenar para empatar con México, no me dejaría trabajar bien eso”...
¿Profe, le hubiera gustado más que México venciera a Jamaica?
No, no, no... Hoy no puedo hacer sumas de los demás, no me pueden guiar los otros resultados. Mi preocupación solo es que el grupo esté consciente que hay que mantener el primer lugar.
Antes del hexagonal, bien dijo usted que le gustaba Jamaica, ¿no? En la Copa Oro nos ganó merecidamente y la mayoría de partidos que le he visto los ha jugado bien. Ya no es el típico pase largo a cualquier parte, técnicamente me gusta, aparte de su potencia y fuerza tradicional.
¿Qué no le agradó del 2-1 a EE UU?
Que el equipo no fue lo suficientemente fino en el último cuarto, faltó un poco más de tranquilidad; incluso, los que menos finos estuvieron fueron los europeos, como Roger Espinoza o Carlo Costly, que entrenaron poco. Tenemos que ser más asertivos.
¿Ya se creyó la chilena de Juan Carlos García?
Je, je... creo que todavía ni Juan Carlos se cree el gol que hizo. Lo ve y se pregunta si es él, pero es lógico, porque un gol de esa factura no es fácil hacerlo; cuando miro al banco, nos sonreímos con Jurgen Klinsmann y era algo así como estar agradecidos con el fútbol, que para nosotros los técnicos tiene muchos sinsabores -y no es queja, porque sé a lo que me he metido-, pero cuando ocurren estas cosas uno dice “bueno, estoy en el lugar correcto”.
¿Qué le dijo a García? No recuerdo. Quizá algo de “bien, papá”, así como nos tratamos coloquialmente. Todo mundo estaba felicitándolo, diciéndole frases que nacen del corazón y eso sí, hubo un abrazo muy fuerte. Se valora la forma del gol, pero más el momento, porque se empató rápido y le dio nuevos bríos a la gente.
¿Y cómo fue esa charla del entretiempo, lógicamente sin la presión de tener que empatar? En el entretiempo hablé justo de estar finos, que no nos enloqueciéramos cuando llegáramos por los costados, como pasó con Mario, quien pateó una vez bien y las otras de cualquier manera, porque estaba demasiado enfocado en patear en vez de seguir conduciendo a portería.
¿A propósito de golazos, qué otros de la H le han agradado? Me gustaron los dos de Mario contra Canadá. Fueron espectaculares. Cuando hace un caño y después define al costado y el otro que le pega de afuera. Fueron muy bonitos...
¿Qué lectura saca de la primera fecha?
No varió nada respecto a lo que pensaba sobre la dificultad que tendrá el eliminatorio. Siempre pienso que México es el primer favorito y que los demás tendremos las mismas dificultades. Panamá ratificó que debés estar concentrado los 90 minutos, porque si no te la cobran; lo de Jamaica fue muy interesante en la táctica, sobre todo jugando en la altura, y nosotros respondimos a una exigencia alta que era ganar por primera vez a EE UU. Sigo pensando que estas nueve fechas que faltan ojalá las pudiera ver como hincha... como técnico es muy complicado, la verdad.
¿Habrá un número mágico para clasificar?
Uno siempre tiende a ver la eliminatoria pasada, cuando se clasificó con 17 unidades, pero esto es mejor vivirlo en el día a día, estar pensando en que hoy tenemos tres y que luego de México debemos haber sumado nosotros y de ahí ver a los demás.
A solas con el hombre que tiene la obesa tarea de repetir clasificación mundialista, hay que jugársela y preguntarle por aquello que odia que le pregunten en las conferencias de prensa, esas zonas repletas de sudor, de micrófonos y de muchas ideas encontradas.
¿Qué odia que le pregunten, profesor?
Habrá muchas cosas que no me gusta que me pregunten... ja, ja. Así como nosotros bromeamos de las cosas que dicen los periodistas, seguro ustedes harán lo mismo con nosotros; pero hay una pregunta que siempre me hace reír y la hacen al día siguiente de un partido: “¿Profe, hoy ya más calmado, con más cabeza fría, ya más tranquilo, cómo analiza el juego de ayer? Entonces la respuesta mía es igual de tonta: “No puedo decir otra cosa diferente a la que dije ayer, jugamos así..., hicimos esto, aquello”... je, je.
¿Se ha arrepentido de algo que ha dicho?
Por salud mental casi nunca dejo que me hagan una nota en caliente, al no más terminar el partido, porque puedo decir cualquier tontería y equivocarme feo. Salgo, me voy al camerino, tomo agua, un café, respiro, pienso, hablo con mis asistentes, los jugadores y empiezo a ver diferente el juego a como lo vi a la orilla de la cancha.
Claro, muchas veces me he equivocado, por más que me arrepienta después. A veces soy demasiado directo y en esto del fútbol a veces hay que ser más político y desgraciadamente yo no lo soy.
¿Lo de la conferencia tras el 1-0 a Cuba en SPS (dio un sermón y se levantó de la sala) sí fue enojo?
Enojo no. Lo tenía que haber dicho, pero quizá con otras palabras. Fue un buen mensaje (de unidad), pero mal dicho; esperaba que la gente lo entendiera, pero era bastante complicado.
Todo el mundo tenía la rabia de no haber ganado 6-0 y yo estaba en otra sintonía, alegre por haber ganado tres puntos. Pero no me arrepiento de la idea que tenía, no hay que ser tan negativos.
¿Somos tan negativos?
En este país todo lo que es malo puede darse para peor y la gente como que se alegra de eso. Yo seguiré luchando por cambiar de mentalidad, aunque sea a dos o tres personas.
¿Ya se lo había advertido Reinaldo Rueda (DT colombiano que clasificó a Honduras a Sudáfrica 2010)?
Sí, me había dicho cómo era el ambiente. Pero siento que he hecho algo bueno en este país: que hoy recuerden a Reinaldo Rueda con mucha más amabilidad que antes; cuando yo vine, siempre me decían: “Reinaldo Rueda es muy bueno, nos clasificó al Mundial, pero es muy defensivo, pero es esto, pero es aquello... ya después del 1-0 con Cuba todo el mundo pedía que volviera Reinaldo... ¡ja, ja, ja!”.