Tegucigalpa, Honduras
Junio es uno de los meses del año en que la economía hondureña reporta una mayor circulación de dinero.
El pago de salarios y ordinarios representan 16,000 millones de lempiras en el sector público y privado. El decimocuarto mes significa 8,000 millones de lempiras.
Esa cantidad aumenta porque hay una enorme cantidad de personas que ofrecen sus servicios en otras actividades, en donde sus patronos también pagan ese ingreso extra de junio.
Según la Secretaría de Trabajo, el número de asalariados es de 1,833,932, de los que el sector privado ocupa 1,501,462 y los restantes 189,698 trabajan en la administración pública.
Para que los asalariados y ocupados en otras actividades aprovechen mejor ese ingreso extra, diversas instituciones realizan campañas de educación financiera.
La mayor parte de la clase asalariada recibe el pago del decimocuarto salario antes del 15 de junio, pero la ley manda que tiene que estar cancelado a más tardar el último de mes. Aún es oportuno que los beneficiarios conozcan algunos consejos para un correcto manejo de ese dinero.
Catedráticos y expertos en finanzas personales apuntan que la primera acción a emprender antes de recibir ese ingreso extra se conoce como planificación. Generalmente, los destinos de los recursos son deudas, inversiones, gastos personales, ahorro y una pequeña cantidad en ocio. Los entrevistados explican que la planificación tiene como objetivo priorizar el destino total o parcial del decimocuarto salario.
Un estudio del Postgrado Centroamericano de Economía (Poscae-UNAH) indica que la administración de ese ingreso extraordinario varía de acuerdo con las necesidades o prioridades de cada persona. Subraya que de ahí deriva la importancia de la planificación, para que el decimocuarto mes de salario sea mayor aprovechado.
El análisis revela que la clave es planificar, ya que de no hacerlo al final puede haber un mal uso del dinero.
En caso que la prioridad sean las deudas, de acuerdo con los profesionales consultados, la persona debe conocer cuáles son los compromisos que se deben honrar primero, ya sea por los montos o por el costo del dinero vía tasas de interés.
Si las deudas son préstamos personales y tarjetas de crédito, lo recomendable es amortizar o pagar lo segundo por los elevados intereses que se aplican al denominado “dinero plástico”.
Los expertos en finanzas personales coinciden que la mayor parte de la población asalariada del país está endeudada y quizás es mínima la cantidad de hondureños que no tengan comprometidos ese ingreso extraordinario.
Los que están endeudados logran este mes un equilibrio en su presupuesto familiar, balance que varía de caso en caso, pero al final dicen los profesionales consultados, los asalariados del país pueden disponer de ese dinero para mejorar su perfil crediticio ante sus acreedores de bienes o servicios.
Es una mínima parte de la población asalariada la que destina ese ingreso extraordinario para inversiones o para ahorros.
Los entrevistados coinciden en que la clase asalariada del país poco a poco ha venido perdiendo la capacidad de ahorro y cada vez se limita a un número menor de trabajadores hondureños que usan el decimocuarto mes de salario para incrementar sus saldos de sus cuentas bancarias o para adquirir bienes o servicios al contado.