En 2020 el déficit fiscal fue de -7% del producto interno bruto, superior que el -2.5% del año previo. Ese resultado se debió a la caída de los ingresos corrientes, sobre todo los tributarios al bajar en casi 25,000 millones de lempiras, por el impacto de la pandemia del covid-19 en la economía nacional.
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El déficit del primer semestre 2021 fue determinado por gastos totales de 67,115.7 millones de lempiras, superiores a los ingresos de 64,445.7 millones. Esa brecha fue financiada con recursos internos por 3,220.8 millones de lempiras, derivado del aumento de pasivos por 20,150.6 millones (en su mayoría emisión de bonos y préstamo con BCH con recursos del FMI para atender la emergencia sanitaria), compensado parcialmente por la acumulación de activos financieros en 16,929.9 millones.
“El compromiso fiscal para 2021 se traduce, en gran medida, en el cumplimiento del balance global tanto de la administración central como del sector público no financiero”, señala la Sefin.
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