Centroamérica y México ya cuentan con un Tratado de Libre Comercio unificado. Tras la firma, realizada ayer en San Salvador, el convenio que desplaza a los tres instrumentos jurídicos suscritos anteriormente entre la región y el país norteamericano, deberá ser ratificado por los poderes legislativos de cada país.
Dentro de los resultados más relevantes para Honduras, Guatemala, El Salvador, Costa Rica y Nicaragua está la definición de reglas de origen.
La creación de este marco permite la utilización de insumos procedentes de cualquiera de los cinco países del istmo en la elaboración de bienes que se exportan bajo preferencias arancelarias hacia México.
Asimismo, se logró dar un carácter permanente al Comité Interregional de Insumos que permite importar materias primas de fuera de la zona de libre comercio, en caso de desabasto, sin que esta sea considerada no-originaria.
Acceso preferencial
Para Honduras, las negociaciones bilaterales entre México y el istmo permitieron obtener un acceso preferencial en el azúcar, un sector que había quedado excluido en el tratado vigente desde julio de 2001.
Según datos de la Asociación de Productores de Azúcar de Honduras (APAH), en el país el arancel vigente para el grano edulcorante es de 40%.
El TLC único permitirá la exportación de azúcar de Centroamérica libre de arancel de un porcentaje del actual desabastecimiento de este producto al mercado mexicano, el cual sería de alrededor de 132,500 toneladas anuales para los cinco países de Centroamérica, señala un informe de la Secretaría de Economía de El Salvador.
En el período 1995 a 2010 el intercambio comercial ha pasado de 731 millones de dólares a 4,721 millones de dólares entre México y Centroamérica, lo que ha significado un crecimiento de 400 por ciento.
Funcionarios de los países firmantes esperan que el intercambio comercial, que a octubre sobrepasaba los 2,560 millones de dólares, dinamice las relaciones comerciales entre los países de Centroamérica y México.
Honduras, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Nicaragua y México firmaron el tratado de libre comercio luego de tres años y siete rondas de negociaciones, iniciadas a finales de los noventa, cuando los mandatarios adoptaron el compromiso de avanzar hacia un acuerdo único.