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UNAH: Política monetaria fue inefectiva

Las medidas del Banco Central no lograron controlar la inflación, señalan los economistas de la UNAH.

26.12.2017

TEGUCIGALPA
Las políticas monetarias implementadas por el gobierno hondureño en 2017, a través del Banco Central de Honduras(BCH), no dieron los resultados esperados, según un análisis de la facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

La política monetaria se refiere al mecanismo con el que cuenta el banco central de un país para alcanzar y mantener una tasa de inflación baja y estable, logrando un crecimiento de la economía sostenido que genere empleo y mejore el nivel de vida de la población. El estudio de la UNAH publicado en Tegucigalpa señala que esas políticas, que estuvieron centradas a la disminución de la tasa de intereses mediante la disminución de la Tasa de Política Monetaria (TPM) de 6.25% en 2015 a 5.5% en 2017, no generaron mayor inversión y empleo.

Más bien provocaron un aumento de los precios al existir mayor demanda y esto desincentivó el ahorro al bajar las tasas de interés pasivas.

El estudio advierte que el comportamiento de la inflación esperada para finales de este año (de 4.1%) podría provocar que las tasas de intereses reales se vuelvan negativas y, por otra parte, disminuyan las tasas reales sobre depósitos a término (interés por ahorros).

“Las tasas pasiva a término no deben reducirse por debajo de los niveles de rendimiento de activos financieros alternativos , esto obliga a la banca privada a incrementar las tasas sobre esos depósitos”.

Debido a lo anterior y a fin de mantener el spred bancario (es decir la diferencia entre los tipos de interés de los activos y los pasivos) se produce presión hacia el alza de interés activas nominales, provocando que la demanda de crédito disminuya afectando el crecimiento económico.

Control excesivo
Por otra parte, el estudio establece que “el exceso de regulación financiera”, sobretodo al exigir mayor solvencia a los bancos y capital de reserva, impide el acceso a sectores productivos.

Además, provocan excesos de liquidez en la banca que al final son absorbidos por el BCH para el financiamiento del déficit fiscal de la administración central, afectando la atención debida del sector privado que dinamizaría la economía.

Proponen una flexibilización de estas normativas, ya que si bien es cierto que se acoplan a normas de carácter internacional aplicables a la banca comercial, como las normas de Basilea III, el carácter de la actividades de intermediación y la poca internacionalización e inserción con los mercados de capitales mundiales provoca rigidez en dicha actividad.