TEGUCIGALPA, HONDURAS.-El cierre de maquilas continúa en Honduras. La última empresa en suspender operaciones después de 20 años de permanecer en Choloma, Cortés, es la textilera Gildan.
Esa situación preocupa al Consejo Hondureño de la Empresa Privada, de acuerdo con lo expresado el viernes por Santiago Herrera, gerente de Política Económica del Cohep.
Herrera y otros miembros del Cohep brindaron una conferencia de prensa en donde destacaron el impacto que tiene el cierre de esa empresa: 2,700 empleos perdidos y 9,900 familiares que se quedan sin sustento, 9,500 empleos indirectos entre proveedores de productos y servicios de transporte.
En cuanto a salarios, dijo que son alrededor de 600 millones de lempiras anuales que dejaran de percibir las 2,700 personas que perdieron su empleo. Respecto al valor que se dejará de exportar por el cierre de la planta, se estima en 2,500 millones de lempiras (equivalente a 101 millones de dólares al tipo de cambio vigente) y 850 millones en pérdidas para proveedores locales.
Santiago Herrera dijo que la demanda de prendas de productos manufacturados en Estados Unidos se ha reducido en 22%.
Clima de negocios
Herrera dijo que entre los factores que están obligando al cierre de empresas se mencionan la menor demanda de productos en el mercado internacional, altos costos de la energía, inseguridad jurídica y ciudadana e incertidumbre regulatoria en cuanto incentivos fiscales.
No obstante, el gerente de Política Económica del Cohep dijo que Gildan continúa expandiendo operaciones en otros países como República Dominicana y Bangladesh, quienes ofrecen mejores condiciones en comparación con Honduras.
“Este acontecimiento (el cierre de la planta de Gildan) subraya la necesidad urgente de implementar cambios para mejorar el clima de inversión y la competitividad en Honduras”, agregó.
Héctor Corrales, asistente de la presidencia del Cohep, dijo que es necesario tener reglas claras para atraer inversión.