Embajadores y cónsules de Honduras: el 22% no tiene título universitario

Tegucigalpa, Honduras.- El rol de los embajadores y cónsules es esencial para representar y velar por los intereses de un país en el contexto internacional, promover sus políticas exteriores, proteger a sus ciudadanos en el extranjero y fomentar las relaciones diplomáticas, económicas y culturales con otras naciones.

Para lograr esos objetivos es importante que quienes representan a las naciones ante el mundo cuenten con las capacidades profesionales necesarias.

Idealmente, el perfil académico para ambos diplomáticos es tener formación en áreas de Relaciones Internacionales, Derecho Internacional, Economía, Ciencias Políticas o Administración Pública, o al menos en campos afines; esas carreras proporcionan una base para comprender las dinámicas internacionales y desarrollar sus responsabilidades de manera efectiva, señalan expertos.

Sin embargo, en Honduras la realidad es otra: los nombramientos de diplomáticos en su mayoría están influenciados por aspectos políticos o personales, más que por su preparación académica o profesional.

EL HERALDO, a través de la solicitud de información SOL-SRE-854-2024 a la Secretaría de Relaciones Exteriores, conoció y analizó el perfil académico de 45 embajadores y cónsules acreditados en 26 países de América, Europa y Asia.

Los resultados revelan que, del total de diplomáticos, el 22% (10 casos) solo cuentan con estudios de secundaria o son pasantes universitarios.

Además, el 49% (22) de los representantes de Honduras en el mundo cuentan con una licenciatura, mientras solo tres de cada 10 poseen una maestría o doctorado (13 cargos).

De los 45 diplomáticos, apenas nueve (20%) estudiaron carreras relacionadas con Ciencias Jurídicas y la abogacía, mientras que solo uno estudió una carrera enfocada en la diplomacia.

De los que solo culminaron sus estudios de bachillerato está un profesor de educación media con el cargo de embajador en Panamá y una secretaria comercial que se desempeña como cónsul en Estados Unidos.

Para el caso de los pasantes universitarios, ninguno cursa estudios relacionados al perfil que desempeñan, es decir, de embajador o cónsul. Estos funcionarios se preparan en Filosofía y Teología, Ingeniera Eléctrica, Relaciones Industriales, licenciatura en Curaduría de Artes, Ingeniería Industrial y Ciencias Jurídicas.

Ellos actualmente ejercen funciones de embajadores y cónsules en Canadá, Estados Unidos, México, Cuba, Alemania y Bélgica.

En Estados Unidos se localiza la mayor parte de diplomáticos con licenciaturas, mientras que de los que solo lograron completar la secundaria, uno está en Estados Unidos y otro en Panamá.

En contraste con los casos anteriores, destacan algunos perfiles por su alto nivel de preparación, ya sea en el ámbito diplomático o por la experiencia adquirida en relaciones internacionales durante sus carreras profesionales en el extranjero.

Merece especial mención la figura de Salvador Moncada, embajador de Honduras en China Continental. Moncada, además de poseer un doctorado en Farmacología y ser médico cirujano, es miembro de tres prestigiosas sociedades científicas: la Royal Society (Reino Unido), la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (NAS) y la Pontificia Academia de Ciencias (Ciudad del Vaticano).

El currículum del científico hondureño también incluye el título de Caballero, otorgado por la Reina Isabel II, y 20 doctorados honoris causa por sus contribuciones a la ciencia, entre otros logros destacados.

Entre esos perfiles también sobresale Iván Romero, embajador de Honduras en el Reino Unido, considerado el decano de la diplomacia hondureña debido a su antigüedad. Desde 1971 (hace más de 50 años), según su hoja de vida, ha servido en el servicio exterior del país.

Un doctorado en la Universidad Católica de Santo Domingo, estudios de Derecho Internacional y Política de Integración en la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos, y una licenciatura en Ciencias Jurídicas por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) forman parte de su formación académica. Esta, junto con su extensa trayectoria diplomática, lo ha llevado a representar a Honduras en alrededor de 10 países y en dos organismos internacionales: las Naciones Unidas y la Organización de los Estados Americanos (OEA).

El Reino Unido ha sido su último destino, donde fue nombrado en diciembre de 2022 decano del Cuerpo Diplomático de esa nación al ser el jefe de misión de mayor antigüedad.

En el nivel de los cónsules está el caso de Rubén Fernando Vivas Montoya, licenciado en Relaciones Internacionales y Diplomacia—uno de los pocos con formación en la materia—.

Vivas es el cónsul de Honduras en Charlotte, Carolina del Norte, Estados Unidos. Este consulado también tiene jurisdicción sobre Carolina del Sur.

Sin embargo, los tres casos anteriores parecen ser más la excepción que la norma.

A pesar que la Ley de Servicio Diplomático y Consular de Honduras establece en el artículo 22 que los “nombramientos en el Servicio Exterior se harán con fundamento en méritos relevantes”, y con base en otros requisitos, entre ellos poseer título universitario de una institución académica debidamente acreditada, los datos en poder de EL HERALDO indican que los nombramientos se hicieron sin respetar este artículo.

El analista en temas internacionales, Graco Pérez, opinó que la designación de personas que no cumplen con los requisitos académicos para ser embajador y cónsul son una clara violación a la ley.

“Eso es una violación total de la ley del servicio exterior y consular porque se establece que quienes ingresen deben ostentar un título universitario de instituciones académicas debidamente acreditadas”, criticó.

Pérez cuestionó que el servicio exterior y diplomático consular de Honduras “se sigue caracterizando por el nepotismo, el nombramiento de familiares de las personas en el poder, el compadrazgo, las relaciones de personas cercanas y el sectarismo político; o sea, no es un servicio exterior profesional”.

Colocar a personas sin las capacidades profesionales necesarias para el puesto al final se refleja en los pocos resultados que tienen las embajadas para atraer la inversión, el turismo, promocionar el país y el comercio con los Estados donde representan al país, consideró.

En ese sentido, lamentó que “se nombran personas en posiciones para las cuales no tienen las calificaciones ni cualificaciones para desempeñarse. Aparte del coste económico de mantener un servicio exterior, no significa ningún beneficio para el país, pues afecta la imagen internacional; al no estar preparados tampoco cumplen sus funciones de traer inversión, y en el caso del servicio consular, de atender como corresponde a los compatriotas que son los que envían la remesa para sostener la economía del país”.

Al tener personas que no cumplen con los perfiles idóneos se pierden muchas oportunidades con los países donde están, indicó David Garay, jefe académico de la carrera de Relaciones Internacionales de la Universidad Tecnológica Centroamericana (Unitec).

El académico y experto dio una explicación sencilla: el personal poco calificado no domina las capacidades para sacar el mayor provecho de las amistades bilaterales.

”Lo que sucede en ese caso es que se pierden muchas oportunidades y nos quedamos rezagados, sobre todo de los otros países que sí tienen personal que le sabe al juego y sí saben sacar provecho. Entonces, el problema que puede suceder es que nos quedamos atrasados en aprovechar los beneficios de las relaciones internacionales”, explicó.

Amplió que los que ostenten esos cargos deben ser nombrados bajo la meritocracia, no por otras causas.

“Debe haber más meritocracia, que quienes están ahí estén ahí por mérito, conocimientos y competencias; sería lo más provechoso para el país”, subrayó.

Por su parte, el director del Observatorio de Migración de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), César Castillo, lamentó que en el país se privilegien otras situaciones que el perfil académico de los candidatos.

El académico sugirió fortalecer la carrera de Relaciones Exteriores o Relaciones Internacionales en las universidades, para que los egresados puedan entrar a la carrera diplomática y representar a Honduras.

“Con personas que no cumplen el perfil, el país no está bien representado, por ende no pueden defender los intereses del país a nivel internacional y las relaciones que estas personas pueden tener y pueden impulsar a través de sus embajadoras o de sus oficinas de consulado”, expuso.

Otros expertos recomiendan reformar el sistema de nombramientos diplomáticos en Honduras, con énfasis en la profesionalización del servicio exterior.

Entre las reformas recomendadas está la priorización de las credenciales académicas y establecer un proceso más riguroso y transparente para seleccionar a los embajadores y cónsules, así como contar con programas de formación continua para que los diplomáticos puedan actualizar sus conocimientos en temas globales, tecnología y diplomacia.