Hacinamiento: Casi todas las cárceles de Honduras están sobrepobladas de presidiarios

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Ni la construcción de dos nuevas cárceles con capacidad para tres mil privados de libertad (1,500 cada una) se solucionaría el problema de sobrepoblación que hay en los centros penitenciarios de Honduras.

Un análisis realizado por la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus revela que la sobrepoblación es 150% más de la capacidad, es decir, para no superar el límite de los centros penitenciarios se tendrían que construir cuatro cárceles similares a las anunciadas la noche del miércoles por la Secretaría de Seguridad.

Tras recibir la autorización del Poder Ejecutivo, el director de la Policía Nacional, Gustavo Sánchez, afirmó que construirán dos cárceles para trasladar a tres mil privados de libertad de alta peligrosidad: personas en proceso o sentenciadas por delitos como narcotráfico, crimen organizado, secuestro, extorsión y también por estar vinculados con maras y pandillas.

“Debemos entender que hay un déficit carcelario en el país, porque existe una sobrepoblación que anda sobre el 20 y 25% en estas cárceles, y por otro lado, las características de estas dos cárceles que serán de máxima seguridad es que van a estar aisladas de cualquier centro urbano”, informó.

Aunque el jefe policial habla de un 25% de sobrepoblación, análisis realizados por este rotativo, basados en cifras del Instituto Nacional Penitenciario (INP), detallan que se trata de un 150% más; hasta ayer había 19,591 personas procesadas o pagando una condena en las cárceles del país, sin embargo, la capacidad es de 13,051. Esto significa que hay una sobrepoblación de 6,540 presidiarios.

Melissa Escoto, comisionada del Comité Nacional de Prevención Contra la Tortura, Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes (Conaprev), citó el informe “Prevenir y proteger: la tortura a las personas privadas de libertad”, publicado en diciembre de 2022, donde mencionan un 146% de sobrepoblación hasta diciembre de 2022.

“Este es un problema estructural que tiene el sistema penitenciario nuestro, sin embargo, es necesario buscar medidas alternas de descongestionamiento, porque hay muchas personas que pudieron haber egresado de los centros penitenciarios haciendo una evaluación exhaustiva de todos los expedientes”, sugirió.

Honduras cuenta con 25 centros penitenciarios, pero al contabilizar el anexo en el Batallón de Infantería hablamos de 26 cárceles bajo la tutela del Instituto Nacional Penitenciario (INP) y responsabilidad de la Secretaría de Seguridad.

Al construir estos dos nuevos centros (uno en la Isla del Cisne y otro en Patuca, Olancho) serían 28 las cárceles del país, pero con capacidad insuficiente para la cifra de presidiarios.

Esta situación, que según la portavoz del INP, Digna Aguilar, es un problema latinoamericano, es más evidente en el centro penitenciario de Támara, en Francisco Morazán.

Según las cifras analizadas por este rotativo, esa cárcel reportaba hasta ayer 4,225 privados de libertad, pero las instalaciones solo tienen capacidad para 2,500, lo que significa que había 169% más personas de las que deberían que estar encarceladas dentro de esas instalaciones.

En la cárcel de Nacaome, en el departamento de Valle, al sur de Honduras, también ocurrió lo mismo: la capacidad del centro penitenciario es de 140 personas, pero habían 264 recluidas, es decir, 124 más de lo permitido.

En La Ceiba, Atlántida, la cantidad de privados de libertad era dos veces mayor que la capacidad carcelaria que, según el Conaprev, es de 150 personas.

En la cárcel de El Progreso, Yoro, había cinco veces más privados de libertad que lo que las instalaciones permitían, mientras que en Olanchito la capacidad era de 160 personas y estaban procesados 365.

La única cárcel para mujeres, la Penitenciaria Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS), también reporta más privadas de libertad de lo que las instalaciones permiten, pues las cifras señalan que solo tiene capacidad para 500 féminas, sin embargo, habían 917.

La sobrepoblación en este centro penitenciario orilló a las autoridades a adecuar un módulo de la cárcel de El Progreso, Yoro, para que muchas mujeres sentenciadas paguen su condena.

En el informe, Conaprev cuestiona que el único centro para mujeres no cuente con las condiciones adecuadas a las necesidades de las féminas, además destaca que “la cárcel fue diseñada originalmente para los hombres”.

De los 26 centros penitenciarios solo tres estaban por debajo de su capacidad: la cárcel de Puerto Lempira, la de Ocotepeque y el anexo del Batallón de Infantería.

El informe de Conaprev menciona que la sobrepoblación en las cárceles es un problema que se arrastra año con año, pero en un comunicado dejaron claro que no apoyan la construcción de más centros penitenciarios, porque “el Estado debe aspirar a fortalecer, a implementar programas de rehabilitación y reinserción social”, mencionó la comisionada, en diálogo con EL HERALDO Plus.

“Nosotros hemos llamado a la aprobación de una política que desde el año 2017 el mecanismo entregó para que sea aprobada y luego implementada, porque lo que se está buscando es que se cumpla la finalidad de la pena. Las personas no solo se condenan a reclusión o a prisión para que estén, como dicen, acostarse para levantarse, sino para enmendar la actuación que hicieron y ¿cómo se va a hacer?, a través de un tratamiento progresivo e individualizado que ya lo establece la Ley del sistema penitenciario”, mencionó.

Agregó que se deben revisar los casos para descongestionar los centros penitenciarios. “Hay personas que efectivamente tienen que estar privadas de libertad, pero no esa cantidad que tenemos ahora”, señaló.

Mencionó que están impulsando dos proyectos, uno para prevención de pena y el segundo denominado “Ley de gracias constitucionales” para que se reconozca el trabajo, estudio y una buena conducta de los privados de libertad para que “se les descuente de su pena días por labores de trabajo, estudio y buena conducto”.

Según cifras del INP, en el país solo hay 1,480 casos de preliberación, lo que significa que son beneficiadas con casa por cárcel, pero que se les realizan visitas constantes. Escoto consideró que está cifra es insuficiente, ya que hay casos que deben ser revisados para reducir la sobrepoblación en las cárceles.