Cortadas, moretones y dolores: Padres son los principales agresores de mujeres menores
En Honduras, padres y padrastros son los principales agresores físicos de las féminas menores de edad. Expertos dicen que es por las desigualdades de género y requiere acciones gubernamentales
La violencia contra las mujeres menores en Honduras es un problema que necesita, como primer punto, según los expertos, interés político para crear condiciones que permitan erradicarlo.
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Aunque la llegada de la noche anuncia que termina un día, para Mariam, de 19 años, comienza el sufrimiento. Es su papá, que la maltrata cada vez que llega a la casa después de trabajar.
Su voz y su sonrisa revelan juventud, pero los sellos en su piel, como el de los pasaportes, muestran una vida mal vivida.
“Mi papá estaba conversando con un amigo, y llegué a pedirle permiso para salir a comprar... me quedó viendo con cara de furia, se quitó la faja y me castigó tan fuerte que me hice pipí”, cuenta tímidamente mientras su voz se quebranta.
La Unidad de Datos de EL HERALDO Plus analizó las estadísticas de la violencia física y psicológica de las mujeres menores (entre los 15 y 19 años de edad) en Honduras a partir de los registros del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de 2019, que son los más recientes.
Los datos del INE, analizados por esta rotativo, proceden de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud / Encuesta de Indicadores Múltiples por Conglomerados (ENDESA-MICS 2019).
Violencia
Según el INE, los papás y los padrastros son los principales agresores físicos de las mujeres menores en Honduras, con el 25.6% del total, que significan 2 de cada 10 casos.
Seguidamente están las agresiones físicas de las mamás y madrastras, que representan el 24.4%, mientras que el de los esposos y compañeros (de hogar) acumulan el 17.3%.
El INE sitúa en segundo escalón de maltratos corporales a las mujeres menores de Honduras al grupo conformado por “otra persona”, con el 25.5%, sin especificar quiénes son en su grado cercanía.
La violencia física a las que son sometidas las mujeres entre los 15 y 19 años deja consecuencias. Según el INE, el principal resultado de los abusos son las cortadas, moretones y dolores, con casi la mitad de los casos (45.7%).
La cefalea (o dolor de cabeza), mareos, dolores abdominales o punzadas son la segunda muestra de violencia, con el 34.5%, mientras que las lesiones en los ojos, torceduras, dislocaciones y quemaduras son las tercer señal, con el 11.5%.
Hay, además, maltratos psicológicos, en el que el 14.8% de las mujeres encuestadas por el INE, lo padecen.
Analistas dijeron a este equipo que los números de la violencia contras la mujeres menores en Honduras son bajos respecto al subregistro que existe.
Factores
Para Cristina Alvarado, integrante del movimiento Visitación Padilla, los factores que hacen que las menores sean violentadas son en función de la desigualdad entre los géneros en Honduras.
“Son varios los factores: particularmente sociales y culturales, sumado al ejercicio autoritario del castigo y maltrato como medio de disciplinar a las niñas. Es importante señalar el ejercicio de poder desigual que se desarrolla en los hogares hondureños”, explicó.
“Otro aspecto es el ejercicio de las maternidades y paternidades, muchas veces impuestas y no deseadas, personas que no están preparadas para su ejercicio y responsabilidad”, añadió.
Advirtió que, por cómo se forman a las niñas en Honduras, están siendo moldeadas para que desde pequeñas puedan percibir los maltratos como algo normal.
“Además de la violencia física hay un daño en la personalidad de las niñas, que las prepara para normalizar el maltrato y aceptarlo como algo natural en las relaciones qué establecen en sus vínculos”, señaló.
El problema de los abusos contra las mujeres menores en Honduras es que producen en la víctima “el sacrificio, abnegación, culpa y miedo”, de tal manera que “se perpetúan esas violencias en nuestras vidas, con afectaciones traumáticas”.
Alvarado dijo, además, que más allá de la educación y prevención respecto al tema, se necesita un compromiso político para que se confeccionen políticas públicas que garanticen los derechos humanos de las mujeres.
“Es importante educar desde la paz, respeto y reconocimiento de los derechos. Se trata de democratizar la familia”, planteó.
EL HERALDO Plus intentó comunicarse con Doris García, secretaria en Asuntos de la Mujer, pero no se obtuvo respuesta.
Responsabilidad del Estado
La Organización Panamericana de Salud (OPS) considera que el Estado es el encargado de crear políticas y programas para prevenir la violencia física y psicológica contra las mujeres.
“El sistema de salud puede desempeñar un papel vital en responder y prevenir la violencia contra las mujeres y las niñas. Este papel incluye identificar el abuso temprano, proporcionar atención y apoyo a las sobrevivientes, y referir a las mujeres a servicios adecuados e informados dentro y fuera del sistema sanitario”, propone la entidad.
También “se debe trabajar en colaboración con otros sectores y agencias para prevenir la violencia. Y como el abordaje de salud pública para la prevención estipula claramente, el primer paso en la prevención de la violencia es entenderla, y el sector de salud tiene un papel clave en ayudarnos a medir y comprender la violencia contra la mujer”, indica.
Otro factor, según la OPS, es que las mujeres con bajo nivel educativo están más expuestas a las agresiones.
A juzgar por las posturas de los expertos y entidades, en Honduras se necesitan planes integrales y compromisos de las autoridades para combatir y prevenir la violencia que padecen las mujeres.
Y la OPS lo alerta: por ejemplo, el 12% mujeres y niñas mayores de 15 años en las Américas han reportado violencia sexual por parte de una persona fuera de la pareja.