Con escuelas agrupadas eliminarían unidocencia: “Aquí estamos por amor a los niños”
En Honduras hay 6,576 escuelas unidocentes y bidocentes, la mayoría ubicadas en zonas rurales; Educación espera agrupar la enseñanza a partir de 2023
Erika Figueroa es la única docente en la escuela Zurzular, uno de las 6,576 centros educativos uni y bidocentes del país.
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TEGUCIGALPA,HONDURAS.- Suena la alarma a las 4:00 de la mañana para levantarse y preparar, muy cansada, su desayuno y su almuerzo. Una vez que se alista y empaca todo, sale de su casa apurada y sin detenerse a tomar un autobús que la lleva de la colonia Centroamérica Oeste al Carrizal, en el norte de la capital.
Mientras va en el transporte público piensa en cómo podría suplir las necesidades de sus alumnos. Una vez que llega al Carrizal, toma otro medio de transporte que la deja en la carretera al norte, en el desvío al Hospital Psiquiátrico Santa Rosita; en ese tramo del viaje va aturdida pensando en que tiene que llegar a tiempo a la escuela.
Ya en el desvío, toma una mototaxi que la aproxima lo más cerca posible a su destino. Una vez que se baja de la unidad, le toca caminar una hora.
En el camino pasa por la casa de Marissol y Franklin y se van caminando juntos, después de 20 minutos de caminar se encuentra con Ezequiel, Elmer y la pequeña Sofía, que está en el jardín. Alrededor de 10 minutos después se encuentran con Óscar, Jesús, Francisco y Brenda. Y así son todos los días.
Una maestra atravesando zonas montañosas y recogiendo a sus alumnos para ir a la escuela. Esta es la vida rutinaria y sacrificada de Erika Muñoz Figueroa, una maestra del Programa de Educación Comunitaria (Proheco) que da clases en la escuela unidocente de El Zurzular, ubicada en el caserío del mismo nombre, en el departamento de Francisco Morazán.
El Zurzular es una de 6,576 escuelas unidocentes y bidocentes que hay en Honduras, según datos oficiales de la Secretaría de Educación.
Propuesta
“Tengo cuatro años de dar clases en esta escuela, cuatro años caminando una hora, cuatro años bajo la lluvia, cuatro años bajo el sol y aquí estamos por amor a los niños”, comentó en diálogo con la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus.
Las escuelas unidocentes son instituciones de primaria donde un solo maestro atiende a un grupo de niños y niñas desde primero hasta sexto grado de forma simultánea.
Algunas tienen la suerte de tener dos educadores (bidocentes). Aunque están dispersas en todo el país, la mayoría se localiza en el área rural.
La Secretaría de Educación (Seduc) anunció que quiere extinguir las escuelas unidocentes y bidocentes a nivel nacional debido a que consideran que este mecanismo retrasa la enseñanza y el aprendizaje en los centros educativos.
Para poner en marcha su estrategia, las autoridades revelaron que se crearán 1,500 plazas para que así puedan sumarse a los centros educativos, para que la distribución de la enseñanza, las actividades o las evaluaciones no caiga en la responsabilidad de uno o dos maestros.
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Pero eliminar este formato educativo, conocido como escuelas multigrado, está lejos de solo crear nuevas plazas. La infraestructura de los edificios escolares es uno de los mayores problemas ya que solo se cuenta con una sola aula de clases y muchas de estas son construidas por donaciones internacionales o por los mismos padres de familia, como el caso de la escuela de El Zurzular.
Los progenitores consiguieron los materiales y ellos mismos levantaron el centro educativo, todo fue una decisión en conjunto: unos consiguieron la madera, otros las láminas y una señora donó el terreno para que se pudiera construir la escuela.
Redes escolares
El ministro de Educación, Daniel Sponda, explicó que trabajan en definir una metodología para reducir e intentar eliminar la uni y bidocencia con un programa de escuelas agrupadas.
Este plan consiste en asignar a un grupo de docentes que tendrá a disposición una vivienda, a una red de escuelas cercanas en una comunidad o comunidades adyacentes.
Se cumplirá un ciclo de una semana en cada escuela por maestro. Se tendrán cuatro educadores para cubrir igual número de asignaturas, las más importantes: matemáticas, español, ciencias naturales y ciencias sociales.
Es importante resaltar que cada escuela conservará su maestro de planta, explicó Sponda. El ministro detalló que se colocará a un director que agrupe todas estas escuelas con la finalidad de controlar a los docentes, ya que por lo general si el profesor no es de la comunidad llegan el lunes tarde y se van el viernes temprano.
Un buen ejemplo de este planteamiento, a juicio de Sponda, se puede aplicar en el municipio de Zacapa, Santa Bárbara, donde existe una comunidad llamada Azacualpa, que queda entre el río Ulúa y el río Jaitique.
Cerca de este poblado, en una colina, se encuentra otra comunidad llamada El Barquito. Además, atravesando Jaitique, entre la vereda del río Ulúa, se llega a la comunidad de Cardamomo, y seguido de esta se encuentra el Zompopero.
La idea es agrupar las escuelas de estos puntos para un mejor funcionamiento con los diferentes maestros que circularán y se rotarán cada semana.
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Según las autoridades educativas, mientras un maestro una determinada semana enseñe matemáticas en la comunidad de Cardamomo, otra estará dando en El Barquito clases de español, y así sucesivamente en las escuelas de las demás comunidades.
Por otra parte, la Secretaría de Educación está cambiando la infraestructura de estas escuelas ya que, según Sponda, “nuestras escuelas parecen cárceles”.
Así que diseñaron una nueva propuesta de construcción para que exista una mejor distribución con los alumnos y así el maestro pueda trabajar simultáneamente de una mejor manera.
Este nuevo prospecto no tendrá las típicas cuadro paredes de un aula de clases, pues será de forma circular y más espaciosa, pero siempre será una sola aula.Es importante aclarar que estos nuevos diseños se pondrán en marcha a partir de febrero del 2023, apuntó Sponda.
Más necesidades
Ser maestros de escuelas multigrado es un reto, ya que no se tiene el apoyo suficiente de las autoridades. Algo sencillo como tener los materiales pedagógicos es un dolor de cabeza.
La maestra Ericka lo sabe bien: “Todos los años tengo libros de español fijos por las donaciones de USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional), pero USAID solo maneja español y comunicación, así que con los demás libros los tengo que conseguir prestados con colegas conocidos”.
El salario tampoco es un incentivo. Los docentes Proheco ganan alrededor de 9,000 lempiras, ya con la deducción del Instituto de Previsión del Magisterio (Inprema), y muchas veces el material didáctico sale de su propio bolsillo.
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Para la docente, su labor es humanitaria. Ha querido cambiarse de escuela, pero si ella se va no queda ningún docente que la reemplace porque nadie quiere ir a dar clases a una escuela Proheco, ya que se paga muy poco, es largo y es más el gasto de moverse que ingreso por enseñar.
Este plan probablemente inicie el próximo año. No ha sido una tarea fácil mejorar el sistema educativo ya que “el gobierno anterior dejó 640,000 lempiras para infraestructura escolar”, declaró el ministro de Educación.