Por alquiler de 6 lanchas (ya en mal estado) y 2 buques se han pagado L1,300 millones
Para terminar el cumplimiento del contrato, restar cancelar unos L 150 millones. Lanchas quedaron en mal estado debido a que el mantenimiento solo puede ser brindado por empresa proveedora y resulta costoso
En el gobierno del expresidente hondureño Porfirio Lobo Sosa se aprobó el alquiler de dos patrulleras y seis lanchas rápidas para la Fuerza Naval de Honduras (FNH).
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Lempira y Morazán -como los héroes nacionales- son las dos corbetas que alquilla la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) desde 2012 para proteger las fronteras marítimas de Honduras. Por este equipo ya se han pagado más de 55 millones de dólares, que representan unos 1,300 millones de lempiras aproximadamente.
Las también conocidas como patrulleras oceánicas comenzaron a llegar al país un año después de firmado el contrato con una empresa de Países Bajos, es decir en 2013, luego de meses de fabricación.
Dentro del paquete del equipo europeo también venían seis lanchas rápidas, pero todas ya están en mal estado, debido a que quienes negociaron el contrato dejaron amarrado el mantenimiento con la misma empresa por un costo aparte que el Estado ha sido incapaz de pagar en su totalidad.
El polémico proceso de contratación directa con opción a compra se realizó por medio del ministro de Sedena de ese entonces, Marlon Pascua, en el mandato del expresidente Porfirio Lobo Sosa, siendo aprobado en el Congreso Nacional para asegurar su cumplimiento y vigencia.
La adjudicación se hizo a la Sociedad Mercantil Servicios Marítimos Internacionales S.A. de C.V., empresa que fue constituida en Tegucigalpa el 11 de mayo de 2012, poco antes de la firma del contrato, el 25 de agosto de 2012.
Luego, Servicios Marítimos Internacionales realizó un contrato con la empresa B.V. Sheepswerf Damen Gorinchem, una sociedad constituida en el Reino de los Países Bajos, por medio de la cual se garantizó la fabricación y llegada de las embarcaciones.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus obtuvo una versión pública del contrato del proceso de arrendamiento con opción a compra, mediante la solicitud de información SOL-SDN-444-2023..
En el documento aparece con tachaduras el tipo de embarcación y algunos nombres por seguridad nacional, según la Secretaría de Defensa, pero detalla el monto del proceso de arrendamiento con opción a compra, así como los plazos establecidos para los pagos.
De acuerdo al archivo, el arrendamiento se hizo tomando en cuenta las especificaciones técnicas requeridas por la Fuerza Naval de Honduras (FNH) para cumplir con la misión de mantener la seguridad y control de las costas y fronteras marítimas de la nación.
El contrato establecía como “imperativo” que la Fuerza Naval contara a la brevedad con las embarcaciones para el conveniente cumplimiento de sus funciones, indica el documento en poder la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus.
Costo total de las patrulleras
La negociación consistió en un precio fijo, con un plazo real de 13 años o 156 meses, es decir, que el pago que se debía hacer en total y era el pactado desde el inicio, con la salvedad que la moneda tomada como referencia es el dólar y, por motivos de devaluación anual, el costo va aumentando.
Si el documento establece como plazo de los pagos un periodo de 13 años significa que Honduras estaría culminando los desembolsos por alquiler de las embarcaciones entre 2025 y 2026.
El compromiso de la empresa arrendataria era entregar dos embarcaciones construidas y adecuadas de acuerdo a la demanda y especificaciones técnicas de la Fuerza Naval. Estas serían las dos corbetas, denominadas patrulleras, e identificadas con los nombres de Lempira y Morazán, que han operado en el Caribe de Honduras.
Las patrulleras con matrícula FNH 1401 Lempira y FNH 1402 Morazán tienen una eslora de 42 metros, es decir, 140 pies, con un casco de acero, con motores que alcanzan los 30 nudos y su capacidad es para una tripulación de 16 personas cada una.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus conoció que el contrato no resultó del todo favorable para las Fuerzas Armadas (FF AA) debido a que las reparaciones únicamente se pueden hacer con la empresa que las alquila, a un costo extra. Tampoco se les puede realizar modificaciones.
Por ejemplo, cuando se hizo un convenio con Israel, se tenía previsto artillarlas para fortalecer las operaciones de combate al narcotráfico en alta mar, lo que implicaba reforzar la estructura donde se pondría el nuevo equipo, pero la empresa arrendadora no autorizó esa reforma.
En el documento también se especifica el caso de seis lanchas rápidas, de las cuales no aparecen detalles, debido a que la información de las características fue declarada en reserva por motivo seguridad nacional, estableció la Secretaría de Defensa.
La empresa ha provisto algunos repuestos y capacitación al personal que forma parte de la tripulación y brinda mantenimiento, pero existen equipos digitales y computadoras que traen las embarcaciones en poder únicamente del proveedor. Además son costosos, debido a que son europeos.
Por todo lo establecido en el contrato, Honduras debe cancelar exactamente 49,827,200 dólares, pero a esta cifra hay que sumarle el pago de intereses, que es de 3.97% anuales, haciendo un valor total de 61,436,555 dólares, que suman alrededor de 1,500 millones de lempiras (al cambio actual).
Todo este proceso se hizo mediante el acuerdo No. 059-02-2012, con fecha 6 de enero de 2012, emitido por la Presidencia de la República y la Secretaría de Defensa, autorizando arrendar o adquirir mediante el procedimiento de contratación directa el equipo necesario para el fiel cumplimiento de las misiones de las FF AA.
¿Cuánto se debe?
Los pagos del contrato se han venido haciendo de forma anual. Así lo evidencia el cuadro de conciliación y pagos realizados por Sedena en el expediente OF/1A.
Defensa detalló que entre 2013 y 2015 se hicieron pagos por 7.3 millones de dólares cada año, mientras que en 2016 se pagaron 3.6 millones.
De 2017 al 2023 los desembolsos rutinarios anuales han sido de 4.2 millones de dólares.
De acuerdo a la documentación proporcionada a la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus, ya se pagaron 55.1 millones de dólares, más de 1,300 millones de lempiras (al cambio actual), y todavía se resta por saldar 6.3 millones de dólares, es decir, más de 150 millones de lempiras.
La décimo séptima cláusula del contrato establece cuánto debe pagar Sedena para quedarse con las embarcaciones y el procedimiento que debe seguirse una vez finalizado el plazo de arrendamiento.
Sedena tiene la opción preferencial para comprar los bienes objeto de este contrato y únicamente tendrá que pagar cien dólares, es decir, unos 2,500 lempiras, pero el arrendatario debe informar que esa es su intención en el momento oportuno.
En los fundamentos del contrato se justificó que al ser bienes de característica estrictamente particulares y peculiares en su estructura, dimensiones y precios o costos, que no tienen sustituto, resulta injustificado, innecesario e imposible ejecutar exitosamente un proceso licitatorio que pudiera superar estas condiciones.
Fallas en las patrulleras
A pesar de la millonaria inversión, las embarcaciones han presentado fallas, que deben ser reparadas. De acuerdo a información proporcionada por Sedena, en su mantenimiento se han ejecutado más de 23.2 millones de lempiras.
El problema, según expertos y exoficiales de la Fuerza Naval consultados por la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus, es que no se contempló en el contrato un plan de mantenimiento y de reparación de las embarcaciones.
Esta situación provocó problemas cuando comenzaron a presentar fallas por el uso continuo, ya que fue complicada su reparación en algunas ocasiones debido a que había que cambiar piezas y se tenía que buscar un proveedor.
Además, el comandante de la Fuerza Naval, contraalmirante Austacil Hagarin Tomé Flores, confirmó que “las Unidades de Respuesta Rápida (lanchas) no están operativas, debido a cuestiones administrativas”.
Las seis lanchas están fuera de operación, pese a que intentaron proporcionar el mantenimiento que permitía en el marco del contrato, detalló. La última unidad quedó en mal estado el año pasado.
“Según el contrato, solo esta empresa nos puede dar el mantenimiento, y no podemos hacerlo de forma independiente, sino que tenemos que trabajar con ellos y eso es bastante oneroso”, explicó.
Un excomandante de la Fuerza Naval, quien pidió no ser citado porque considera que las actuales autoridades de las Fuerza Armadas se molestan cuando hablan de la institución, consideró que aunque el equipo alquilado es muy bueno, no se incluyó un plan de mantenimiento como debería ser.
“El equipo es muy bueno, solo que no se consideró dentro del contrato de arrendamiento el mantenimiento”, lamentó el experto, ya que en La Ceiba, Atlántida, presentaron problemas, así como en misiones en La Mosquitia y en otras zonas de el Caribe.
“Hay fallas que siempre se dan, porque usted sabe que todo equipo que está sometido a trabajo, tarde o temprano tiene algún deterioro, pero eso no es de verlo como que el equipo no cumple, además en el mar los equipos están funcionando 24/7”, afirmó.
Las fallas generalmente se presentaban en los sensores, aparatos sensibles a ciertos cambios, incluso a la variación de temperatura del agua del mar, la presión y la salinidad. Esta situación manda alarmas que bloquean ciertos equipos, pero quien desconoce su operación reporta como que el equipo está dañado.
En ciertas ocasiones, el proveedor reemplazó varios sensores y cambiaron la programación para que no estuviera enviando las alarmas en los sistemas.
El excomandante indicó que el equipo es utilizado en el combate al narcotráfico fuera de la zona contigua, o sea, fuera de las 24 millas marinas.
Recomendó que Honduras se debe quedar con ese equipo, porque prácticamente ya está pagado y lo más recomendable es elaborar un plan de mantenimiento, para que las lanchas puedan seguir operando.
A criterio del contraalmirante Efraín Mamm Hernández, excomandante de la FNH, ese contrato “fue una buena decisión, ya que el próximo año pasan a formar parte del inventario de la Fuerza Naval, y durante estos once años ese equipo ha estado en operaciones tanto en el Caribe como en el Pacífico”.
Sobre el tiempo de uso del equipo, Mamm Hernández, quien además navegó al mando de esas embarcaciones, estimó que todo depende del mantenimiento, pero su vida útil se extiende máximo hasta los 30 años, es decir, que les quedarían cerca de 20 años de servicio.
Sobre el mantenimiento, este se realiza en tres niveles: los primeros dos se ejecutan con personal capacitado de la Fuerza Naval, mientras que para el tercer nivel se debe subcontratar a una empresa que cuente con el equipo y experiencia para realizar los trabajos, explicó.
El equipo de la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus consultó al ministro de defensa, José Manuel Zelaya, sobre el funcionamiento del equipo alquilado, pero recomendó hablar con el comandante general de la FNH.